Nuestro huerto no es un huerto cualquiera, es un huerto metido dentro del pueblo, un hueco de naturaleza entre antiguas casas. Esta peculiaridad despierta a veces curiosidad, y me planteo preguntas que dirijo a los mayores de la casa. En esta situación, e intentando saber sobre el pasado del huerto que ahora cultivamos el Abuelo y yo, pregunté a los mayores de la casa desde cuanto tiempo hacía que no se cultivaba en el huerto. “Hace lo menos 30 años”, me dijeron. La pregunta siguiente era lógica: ¿quién era el hortelano que cultivaba el huerto en aquellos tiempos?
Ese hortelano, hoy un hombre mayor, con mucha experiencia y dedicada toda su vida al campo y al cultivo, es José Gordillo. José es esa clase de hombre con el que uno se puede sentar y hablar horas y horas sobre el campo. Disfruta hablando de sus experiencias, y sobre todo de que alguien como yo se interese por lo que ha sido gran parte de su vida y su trabajo.
José debe rondar los 70 años. Su cara refleja a un hombre experimentado, con muchas vivencias y con el peso de los años a las espaldas. Lo que me va diciendo es información del más alto valor, esa que no se aprendería en todos los años de la carrera de ingeniero agrónomo. Su lenguaje es sencillo, no es un lenguaje técnico pero que esconde la sabiduría y habla tradicional.
Al visitarlo a su campo, en el que conocemos como “camino de las bombonas”, me encontré a un viejo burro y un hombre tras de él con un arado que labraba la tierra entre gomas de goteo. Era una escena impresioante. El huerto de José muestra el buen hacer y saber del viejo hortelano. Combina muchos tipos de hortalizas, presentando una imagen armoniosa al espectador. Me comenta José lo que va haciendo con mucha pasión y alegre de su trabajo.
José y su burra labrando su huerto |
A mediados de abril, su huerto se encuentra en plena actividad. Unos cultivos van llegando a su fin, como las lechugas, otros se encuentran en el momento de su siembra y trasplante, como los tomates, y dando continuos frutos, sus espárragos y fresas.
La asociación de cultivos, aunque para él con ese nombre sea desconocida, la práctica por la propia experiencia que le han dado tantos años. Combina cultivos perennes con otros anuales. Los perennes, como él me dice, hay que ponerlos en lugares donde no obstaculicen el cultivo de los anuales. De esta manera, es mejor dejarlos para los bordes.
A pesar de parecer, por lo que digo, estancada su forma de trabajar hace 40 años atrás, José posee un tractor que utiliza para los trabajos más groseros, mientras que echa mano de la burra para trabajos más delicados y menos pesados. Su forma de riego es a goteo, ahorrando tiempo, trabajo y agua.
José me contestó a las preguntas que le planteé, alguna de las cuales transcribo aquí:
- ¿Cuándo es el tiempo para sembrar las patatas? ¿Cómo se preparan?
- Las patatas se ponen a últimos del mes de marzo. Antes quizás sean tempranas. Es mejor después porque son más seguras: ni se hielan, ni le entran epidemias.
Antes de sembrar las patatas se hace un buen barbecho. Las patatas se tienden para que le salga el brote. No se le pone nada encima, pues le sale el brote muy largo y se parte. Así le sale al natural.
Las patatas se cortan en trozos variables, según el número de ojos. Se le dejan dos ojos, a veces uno; si están muy arrimados se le dejan dos…. Las patatas cuanto más grandes mejor, pues si es grande viene de buena madre, y si es chica viene de mala.
- ¿Sabe usted lo de las rotaciones? ¿Siembra patatas en el mismo sitio todos los años?
- Cuando se siembran patatas, al año siguiente no se pueden volver a sembrar en el mismo sitio, “nunca en la vida”. Pero tampoco tomates, pepinos, ni pimientos. Entre más tiempo le des mejor. Es muy importante no “revearla” (no repetir el cultivo en el mismo sitio).
- ¿Por qué riegas con goteo?
- Con el riego a pie se hace la planta peor, además de gastar mucha agua.
- ¿Cuál es el mejor estiércol para el huerto?
- El estiércol de cochino es el mejor por experiencia. Los estiércoles tienen que cocer todos, si no cuece se le echa agua y ya está.
Como conclusión, José me dice: “La tierra no se le saca productos hasta que tú mismo la experimentas. La misma tierra te va enseñando”.