LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

viernes, 29 de abril de 2011

CONVERSACIONES CON UN HORTELANO: "LA TIERRA TE VA ENSEÑANDO"

Nuestro huerto no es un huerto cualquiera, es un huerto metido dentro del pueblo, un hueco de naturaleza entre antiguas casas. Esta peculiaridad despierta a veces curiosidad, y me planteo preguntas que dirijo a los mayores de la casa. En esta situación, e intentando saber sobre el pasado del huerto que ahora cultivamos el Abuelo y yo, pregunté a los mayores de la casa desde cuanto tiempo hacía que no se cultivaba en el huerto. “Hace lo menos 30 años”, me dijeron. La pregunta siguiente era lógica: ¿quién era el hortelano que cultivaba el huerto en aquellos tiempos?
Ese hortelano, hoy un hombre mayor, con mucha experiencia y dedicada toda su vida al campo y al cultivo, es José Gordillo. José es esa clase de hombre con el que uno se puede sentar y hablar horas y horas sobre el campo. Disfruta hablando de sus experiencias, y sobre todo de que alguien como yo se interese por lo que ha sido gran parte de su vida y su trabajo.
José debe rondar los 70 años. Su cara refleja a un hombre experimentado, con muchas vivencias y con el peso de los años a las espaldas. Lo que me va diciendo es información del más alto valor, esa que no se aprendería en todos los años de la carrera de ingeniero agrónomo. Su lenguaje es sencillo, no es un lenguaje técnico pero que esconde la sabiduría y habla tradicional.
Al visitarlo a su campo, en el que conocemos como “camino de las bombonas”, me encontré a un viejo burro y un hombre tras de él con un arado que labraba la tierra entre gomas de goteo. Era una escena impresioante. El huerto de José muestra el buen hacer y saber del viejo hortelano. Combina muchos tipos de hortalizas, presentando una imagen armoniosa al espectador. Me comenta José lo que va haciendo con mucha pasión y alegre de su trabajo.
José y su burra labrando su huerto
A mediados de abril, su huerto se encuentra en plena actividad. Unos cultivos van llegando a su fin, como las lechugas, otros se encuentran en el momento de su siembra y trasplante, como los tomates, y dando continuos frutos, sus espárragos y fresas.
La asociación de cultivos, aunque para él con ese nombre sea desconocida, la práctica por la propia experiencia que le han dado tantos años. Combina cultivos perennes con otros anuales. Los perennes, como él me dice, hay que ponerlos en lugares donde no obstaculicen el cultivo de los anuales. De esta manera, es mejor dejarlos para los bordes.
A pesar de parecer, por lo que digo, estancada su forma de trabajar hace 40 años atrás, José posee un tractor que utiliza para los trabajos más groseros, mientras que echa mano de la burra para trabajos más delicados y menos pesados. Su forma de riego es a goteo, ahorrando tiempo, trabajo y agua.
José me contestó a las preguntas que le planteé, alguna de las cuales transcribo aquí:
-          ¿Cuándo es el tiempo para sembrar las patatas? ¿Cómo se preparan?
-          Las patatas se ponen a últimos del mes de marzo. Antes quizás sean tempranas. Es mejor después porque son más seguras: ni se hielan, ni le entran epidemias.
Antes de sembrar las patatas se hace un buen barbecho. Las patatas se tienden para que le salga el brote. No se le pone nada encima, pues le sale el brote muy largo y se parte. Así le sale al natural.
Las patatas se cortan en trozos variables, según el número de ojos. Se le dejan dos ojos, a veces uno; si están muy arrimados se le dejan dos…. Las patatas cuanto más grandes mejor, pues si es grande viene de buena madre, y si es chica viene de mala.
-          ¿Sabe usted lo de las rotaciones? ¿Siembra patatas en el mismo sitio todos los años?
-          Cuando se siembran patatas, al año siguiente no se pueden volver a sembrar en el mismo sitio, “nunca en la vida”. Pero tampoco tomates, pepinos, ni pimientos. Entre más tiempo le des mejor. Es muy importante no “revearla” (no repetir el cultivo en el mismo sitio).
-          ¿Por qué riegas con goteo?
-          Con el riego a pie se hace la planta peor, además de gastar mucha agua.
-          ¿Cuál es el mejor estiércol para el huerto?
-          El estiércol de cochino es el mejor por experiencia. Los estiércoles tienen que cocer todos, si no cuece se le echa agua y ya está.
Como conclusión, José me dice: “La tierra no se le saca productos hasta que tú mismo la experimentas. La misma tierra te va enseñando”.

lunes, 4 de abril de 2011

EL HUERTO EN ABRIL

El mes de abril ya ha llegado y con él la primavera ha entrado de lleno. Temperaturas altas y pocas lluvias están siendo la tónica de estos últimos días. Y creo que va a ser la constante durante este mes (y espero confundirme en al menos la escasez de lluvias).

Al lado de las habas

El huerto desde el mes pasado ha experimentado un cambio aún más notable que de febrero a marzo. Sobre todo las habas, que tienen una altura de más de metro y medio; y tengo que decir que en pocos huertos he visto unas habas tan grandes. Además ya van dando sus habines. Mi padre que también hace algunas incursiones en el huerto, estuvo ayer recogiendo los primeros “jerretes”, como él llama a las habas. Son aún pequeños, pero tienen una pinta buenísima.

Mientras tanto, las lechugas están ya para cosecharse, y el Abuelo todos los días recolecta unas cuantas. Algunas de ellas, están casi espigadas, pero es que la cosecha es tanta, que la tierra nos ofrece más lechugas de las que podamos consumir y regalar (la Tierra es así de generosa).
Los ajos y las cebollas siguen progresando, a la espera de que el estío seque sus hojas y sus bulbos engorden, y concentre sus propiedades culinarias y medicinales.

En estos últimos días también las zanahorias han nacido, y las espinacas van ocupando su espacio. Pero quizás una de las que está llamada a ser la reina del huerto es la patata. Les hice un empajado con pasto del campo y con paja vieja, para evitar que el posible grano que pudiera contener germinara. De esta manera nos evitamos tener que quitarles las malas hierbas (que no nacen apenas debajo del empajado) y tener que regar tanto, pues se mantiene mejor la humedad. Ya están emergiendo las plántulas de patatas y lo hacen levantando el empajado como si se tratara de un niño que le da vergüenza asomar la cabeza.

A la izqda las patas, después las espinacas y a la derecha, apenas se ven las zanahorias

Quiero terminar la entrada dedicada a este mes con una foto significativa. Es una crisopa adulta, a la que pude hacer una foto mientras andaba por los frutales del huerto. Sin duda, es una de las ayudantes de El Abuelo y del ingeniero.

José Manuel

FELICIDADES ABUELO… Y GRACIAS

Ayer, día 2 de abril, fue un día especial, el Abuelo, mi abuelo, cumplió como él mismo dijo: “las dos alcayatas” (77 años). La verdad, se me olvidó felicitarlo al levantarme y verlo, pero me quedo con su respuesta después de felicitarlo cuando me lo recordó mi madre: “nunca seré más joven que hoy”.
Hoy, aprovechando que ayer cumplió años le quiero agradecer a mi abuelo, todas las cosas que me ha enseñado sobre el campo y, sobre todo, sobre la vida y su peculiar forma de verla. Mi abuelo ha sido una persona muy importante en mi vida, quizás de las que más tiempo hayan pasado conmigo desde niño, y eso marca. Mi abuelo ha hecho que amara el campo y la agricultura y tuviera esa agudeza visual que te hace ver cosas en el campo que no todas las personas ven.
El Abuelo extrañado al hacerle una foto, con su navaja y comiendo
Me enseñó aún cuando chico a como coger el “zacho” para quitar los “yerbajos”. Recuerdo como me repetía una y otra vez como era, hasta que yo le cogía el truquillo para con el mínimo esfuerzo desherbar. Recuerdo también aquellas tardes en que íbamos a coger naranjas a los naranjos de mi campo: él me agarraba la escalera y yo me gateaba por ella hasta el árbol e íbamos llenando el saco. Cuando llegaba octubre, nos íbamos, siguiendo el mismo mecanismo de las naranjas, a coger aceitunas. A veces, cuando no había que subirse a la escalera hacíamos una especie de competición para ver quien cogía más aceitunas.
El verano marcaba el comienzo del riego de los naranjos del campo. Lo hacíamos a lo “antiguo”. Nos llevábamos una cuba, una soga y una polea; poníamos la polea en el pozo y a tirar para arriba de la soga. A cada árbol le correspondían creo que 5 cubas, para que fueran unos 100 litros. Lo que más me gustaba era intentar que mi abuelo no tuviera que coger ninguna cuba y para eso iba casi corriendo cargado de las cubas mientras mi abuelo sacaba las cubas llenas de agua del pozo.
Podría seguir contando recuerdos de inmenso valor para mí, pero lo dejaré para otra ocasión. Mi abuelo hoy tiene 77 años y un día. Sigue teniendo una vitalidad envidiable, con su humor, y sus ganas de hacer y vivir. Todavía voy al campo y comparto tiempo con él en el huerto e intercambiamos opiniones sobre como hacer las tareas y cuidados de nuestras hortalizas. Hoy mismo ha estado cavando su huerto mientras yo segaba el césped, y después estuvimos cosechando algunas lechugas. Mi abuelo siempre tendrá esa vitalidad, pues su espíritu es inquieto.
Termino, y simplemente: FELICIDADES abuelo por cumplir 77 años y seguir siendo un muchacho. Y GRACIAS por haberme transmitido tantas y tantas cosas buenas que me han hecho crecer como persona.
El Abuelo y yo