La higuera es, junto al olivo y quizás el almendro, el frutal tradicionalmente más característico de la cuenca mediterránea. Su cultivo data de muy antiguo, y ya aparece citado en la Biblia. Su lugar de origen es la cuenca oriental del Mediterráneo.
Su nombre científico es Ficus carica y pertenece a la familia de las moráceas, al igual que las moreras o los ficus ornamentales.
La higuera es un árbol monoico (con flores masculinas y femeninas en el mismo árbol), pero que funciona como planta dioica, es decir, existen higueras machos (cabrahigos) e higueras hembras.
Distribución
A nivel mundial el cultivo de la higuera se centra en los países de la cuenca mediterránea, destacando entre ellos Turquía (22% de la producción mundial), Egipto y Grecia.
En España se desarrolla sobre todo en el sureste de la Península (el Levante), Baleares, algunas zonas de Andalucía y de Extremadura.
Dentro de Extremadura se distinguen claramente tres áreas productoras: la zona noreste de Cáceres (entorno de Villanueva de la Vera), la zona centro-sur de Cáceres (entorno de Almoharín) y el suroeste de Badajoz (entorno de Barcarrota-Salvaleón-Higuera de Vargas).
Según las Estadísticas Oficiales de 2007 en Barcarrota el cultivo de la higuera suponía el 32% de la superficie agrícola, en Salvaleón el 35% y en Higuera de Vargas el 1,14%. Como se observa es elevada la superficie que ocupa en nuestro entorno como para desaprovechar su producción.
La breva y el higo
El higo es algo así como una mora al revés. En el higo las flores son diminutas y se encuentran en su interior. El higo no es un verdadero fruto en sí, sino un tipo de infrutescencia o agrupaciones de frutos (sicono). Los frutos son las pepitas (aquenios) que cuando las comemos se quedan entre los dientes.
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A la izquierda higo de Tiberio, a la derecha De Rey |
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Higo dulzal: color amarillo |
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Breva o higo negro |
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A la izquierda higo de Santa María, a la derecha de La Casta |
La cosecha
Los higos deben cosecharse en su momento, de manera que cada dos o tres días se coseche. La delicadeza del higo hace que la cosecha sea principal para su conservación por más tiempo. La cosecha tradicional se suele hacer recogiendo a mano higo a higo, evitando cortar el pedúnculo que lo une al árbol y depositándolo sobre cestas o cajas, en cuyo fondo se han colocado previamente hojas de higuera que protegen al higo.
Producciones de la higuera: impulsar la producción.
Las brevas (comúnmente llamadas higos en nuestro entorno) son muy apreciadas por su tamaño y por ser las primeras que se dan, vendiéndose como fruta fresca.
A pesar de haber sido tradicionalmente una producción marginal, se aprecia en los últimos años una importancia creciente del consumo del higo en fresco.
El hecho de que unos municipios en el que no destacan otras producciones agrícolas, pero sí hay una importante superficie dedicada al higueral debería plantear una mejora en su producción. Sin embargo existen varias limitaciones actualmente que impiden que esto se lleve a cabo:
- La inexistencia de una oferta constante de higos.
- La escasa cantidad de higos que se ponen a disposición del mercado, por lo que no llega a popularizarse su consumo.
- La dispersión de las higueras en las zonas productoras dificulta la recolección y la falta de suficiente volumen de fruta que haga rentable su recogida.
- La poca capacidad de conservación del higo, que sin una adecuado mantenimiento de temperatura de refrigeración tiene una escasa vida para el consumo en fresco.
- El carácter de actividad marginal, en cuanto a que es secundaria y no existen explotaciones dedicadas al cultivo del higo.
- Falta de asociacionismo o cooperativismo de agricultores productores, que haga más rentable la cosecha de higos y que luchen por poner en valor esta producción.
- Falta de una denominación de origen o similar que permita consolidar y favorecer el cultivo del higo.
- Abandono de las técnicas de cultivo, falta de una adecuada selección de las variedades de higueras y en la mayoría de los casos un estado sanitario deficiente
Para paliar todos estos inconvenientes debería fomentarse en una zona como es el entorno de Barcarrota, Salvaleón o Higuera de Vargas la producción del higo. Esto implica un mayor cuidado de los higuerales, un asociacionismo de los agricultores, y un fomento por parte de la Administración, que puede desembocar en distintivos de calidad del producto.
Además se hace necesario una industria de transformación asociada que facilite la comercialización y la diversificación de la producción.
Otras producciones
Además de la producción para el consumo en fresco, el higo se puede comercializar en seco, lo que se llama higos secos o higos pasos, muy apreciados como tentempié. Este tipo de producto evita uno de los principales inconvenientes de conservación del higo fresco.
A partir del higo también pueden elaborarse otros tipos de productos como bombones de higo, vinos a partir de la fermentación del higo o el tradicional pan de higo.
En mi opinión el higo tiene un potencial suficiente para que pueda impulsarse su producción, más en estos pueblos en los que la producción agrícola es escasa. El higo actualmente llega a ser considerado un fruto con altos valores de exquisitez y con cierto carácter exótico. Esto invita a pensar en su gran potencialidad.
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Típico picotazo de los mirlos |
José Manuel