Uno de los dos meses más fríos del año ha llegado al huerto, aunque no está siendo precisamente frío.
Pasan a tener más atención los cultivos de invierno, sobre todo lechugas, escarolas, habas y ajos, mientras que coles, coliflores, brócolis, espinacas, rabanitos y zanahorias siguen creciendo muy lentamente.
Por fin arrancamos las matas de calabaza, que habían tapizado una buena parte de terreno y que han dado numerosas calabazas (a ver si terminan en dulces…)
El Abuelo trasplantó unas escarolas que le dio otro hortelano, y lechugas de hoja rizada y hoja lisa de su propio “criaero”.
Las habas ya asoman, mientras que las albillas (o guisantes), no parecen haber tenido mucho éxito, aunque sigo con esperanza de que germinen.
También sembré en estos primeros días de diciembre los ajos, como indiqué en la anterior entrada (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com/2011/12/es-tiempo-de-sembrar-ajos.html)
Seguimos cosechando poco a poco rabanitos, mientras que voy trasplantando en los lugares que quedan libres estos rabanitos algunas espinacas que tengo en el semillero. Creo que en breve empezaremos a cosechar algunas hojas de espinacas de las que están más avanzadas. Las zanahorias sembradas en la misma fila de los rabanitos (por complementarse bien por la diferente duración de su ciclo de producción), aún le queda mucho por crecer para poder cosecharse
Por último mostraros una foto que pude sacar y que me alegró bastante. Se trata de una puesta de la avispilla Apanteles glomeratus, un endoparásito de la oruga de la col (mirad la entrada http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com/2011/10/el-temido-gusano-de-la-col.html) que encontré en las hojas de una col y que está haciendo su labor de control de las orugas, que no dejan de mordisquear las hojas de estas crucíferas (aunque por suerte sin llegar a constituir un peligro para la cosecha).
José Manuel
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