LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

viernes, 28 de diciembre de 2012

EL HUERTO A PRINCIPIOS DEL INVIERNO

En los primeros días del invierno ya se percibe que las tardes son algo más largas. La meteorología, en general, está favoreciendo a los cultivos. Desde el mes de septiembre las lluvias han sido generosas, con más de 350 litros contabilizados en el pluviómetro del huerto. La continuidad de las lluvias incluso ha llegado a dificultar el trabajo de la tierra. No obstante, ha sido bien caída y con buen drenaje en el terreno. Las temperaturas suaves y con ausencias de heladas, sobre todo en la última parte del otoño y este principio de invierno hacen que las plantas (cultivos y arvenses) aprovechen para crecer unos centímetros.
Se está en una época más de observar que de trabajar el huerto. Aunque, aún se siguen trasplantando lechugas y cebollas.
Las habas sembradas a mediados de noviembre ya tienen más de un palmo de altura. Los ajos comienzan a nacer tras haber sido sembrados a principios de diciembre (como dice el refrán “los ajos por navidad ni nacidos ni por sembrar”).
Coliflor protegida por las hojas que acompañan a la pella
La cosecha de coliflores este año se ha adelantado con respecto a años anteriores, debido a las buenas condiciones meteorológicas. De la misma forma algunas coles comienzan a estar en su punto.
La primera siembra de rabanitos realizada a principios de agosto ya se cosechó por completo, de muy buena calidad. La segunda siembra de principios de noviembre comienza ahora a cosecharse siendo de peor calidad, sobre todo debido a las temperaturas más frías de mediados del otoño. También otra crucífera, los nabos se han empezado a coger.
Rabanitos a punto para ser cosechados
Por otra parte se sigue preparando la tierra que albergará uno de los cultivos claves del huerto, las patatas, a partir de marzo, aportando materia orgánica, procedente de nuestro compost.
Y tenemos un nuevo compañero en el huerto…

José Manuel

domingo, 9 de diciembre de 2012

LA BIODIVERSIDAD: LA AGRICULTURA, LAS PLANTAS ARVENSES Y LAS MALAS HIERBAS

Se ha hablado en varias ocasiones en el blog de la importancia de la biodiversidad. La biodiversidad podría definirse como el conjunto de plantas, animales y microorganismos que viven e interaccionan en un ecosistema.
Generalmente, a mayor número de especies diferentes mayor biodiversidad. Se entiende que la biodiversidad es mayor cuando esta variabilidad está repartida en un número de especies de forma homogénea.
Por tanto, todas las especies (vegetales, animales, hongos, etc.) forman biodiversidad. Incluso las plantas arvenses son parte de ella. Y es que una planta que, en principio, no queremos en nuestro cultivo no siempre será una mala hierba. Será mala hierba cuando interfiera, de una u otra manera en el cultivo, mientras que será una planta arvense cuando su presencia no afecte, dentro de un margen de tolerancia, al cultivo.
Hierbas arvenses en primer plano, frutales y cultivos en asociación (cebollas, lechugas, coles y coliflores) aportan biodiversidad al huerto
A menudo, el agricultor gusta de tener su campo “limpio”, pero no repara que gran cantidad de veces esto es síntoma de un gran desequilibrio y al más mínimo cambio de condiciones el cultivo se vuelve vulnerable a alguna plaga, enfermedad o invasión de malas hierbas.
Una simple flor de cebolla silvestre atrae a polinizadores al huerto,
muy importante para que los frutos cuajen, entre otras cosas.
El beneficio que aporta la biodiversidad suele ser no patente para la mayoría de los agricultores. Para aquellos observadores, repararán en que hay gran número de depredadores parásitos, polinizadores, etc., que ayudan a que el ecosistema se mantenga en equilibrio y el cultivo tenga una mayor producción.
Sin dejar de lado lo dicho, existen ciertos casos en los que la sola presencia de ciertas especies puede ser perjudicial. El caso concreto de la correhuela (Convolvulus arvensis) que se convierte, especialmente en el verano en huésped del oídio infestando a cultivos de solanáceas y cucurbitáceas especialmente.
Los setos constituyen un elemento enriquecedor de la biodiversidad. Estos son muy importantes por ser refugio de fauna auxiliar y en algunos casos elementos de protección contra la erosión y el viento. Contribuyen a la polinización y al reciclado de nutrientes y al control de plagas.
Jara blanca en floración en el borde del huerto con una abeja
Una acción negativa, que en ocasiones hacen los agricultores y hortelanos es quemar y tratar con herbicidas los bordes de las parcelas. De esta manera contribuimos a que no exista biodiversidad, floración que atraiga polinizadores, refugios, etc. Incluso en parcelas grandes es positivo intercalar franjas no cultivadas con especies esontáneas, ya que de otra manera el efecto positivo de ella no se dejará sentir (por el mismo tamaño de la parcela).
Una de las mayores preocupaciones de un agricultor con respecto a la biodiversidad es el descenso de la producción del cultivo. En esto sentido, existe un balance global positivo y que el balance de outputs-inputs (producción- insumos) es más favorable a los primeros. Es decir, el rendimiento del cultivo es mayor respecto al aporte de fertilizantes, plaguicidas, herbicidas, etc.
Después de todo lo escrito, puede ser que alguno se pregunte como fomentar la biodiversidad en su huerto, campo o parcela. Moderar la intensidad de manejo, ajustar el abonado según necesidades del cultivo, eliminar en lo posible los tratamiento herbicidas, emplear productos químicos específicos (no de alto espectro), hacer rotaciones de cultivo, respetar los márgenes de las parcelas,… Es decir, dejar a la naturaleza hacer pero isn dejar de observar y actuar cuando sea necesario y no olvidar que se trata de por sí de un sistema intervenido por la mano del hombre.
No obstante no se puede esperar que el primer año en que se cambie de manejo los beneficios de la biodiversidad sean patentes. Se deberá ser constante en estas prácticas favorables a la biodiversidad que en dos o tres años se empezará a notar un mayor equilibrio del agrosistema que repercutirá en obtener más con menos.

(Adaptación del cuadernillo del Mº de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino “La biodiversidad y la agricultura: 11 preguntas sobre la biodiversidad y las plantas arvenses”, año 2010).

José Manuel