Las primeras lluvias de cierta entidad han llegado en este mes de abril, aunque son aún muy pocas y apenas suplen el déficit de agua que hay acumulada. Las temperaturas de momento están siendo más bien fresquitas, pero nada de heladas, con lo cual tampoco viene muy mal.
Los cultivos tienen una mejor apariencia y podemos cosechar algunos productos.
Así, estamos cosechando lechugas, escarolas, cebollinos, espinacas, habas y algunas zanahorias.
A la izda. cosecha de lechugas, escarolas y cebollinos. A la dcha. cosecha de espinacas y zanahorias |
Mientras, las patatas ya se ven sobre los caballones, y los ajos poco a poco aumentan sus reservas convirtiéndolas bajo el suelo en dientes de ajo.
Es el Abuelo el que se está encargando de cosechar lechugas y escarolas. Tenemos sembradas dos variedades de lechugas: las de oreja de mula y las de hoja rizada. También se encarga de los cebollinos.
Las espinacas, con el agua de lluvia crecen rápidamente y sus hojas son mayores y de mayor calidad que con el agua de riego. Junto a ellas están las zanahorias, que también hemos empezado a recolectar, más que nada porque sino se vienen todas a una mano; aunque aún no estén en su punto, de esta manera ya podemos disponer de algunas para la casa.
Las habas no dejan de dar “herretes” y algún que otro esporádico se apunta a cogerlos.
Las patatas sobre el empajado que le hicimos van emergiendo una a una, pero aún se ven huecos sobre los caballones, que en pocos días estarán tapizados por ellas.
Patatas con empajado |
El Abuelo también se ha animado a plantar unas fresas que otro hortelano le dio, procedentes del entresaque del fresal típico de esta época.
El Abuelo ya empieza a pensar en los cultivos de verano, y además de los calabacines que ya hemos sembrado sobre el terreno, ha trasplantado algunas plantas de tomate compradas.
José Manuel
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