Incluyo aquí un poema de Gerardo Diego, uno de los poetas de la Generación del 27, que hace referencia a un árbol muy característicos de los huertos: el nogal. Este poema es la "Sombra del nogal".
Es cierto que su sombra, no tanto por sí misma sino por sus hojas no es beneficiosa para acoger otras plantas bajo él. Esto se debe a que sus hojas contienen sustancias alelopáticas, en forma de taninos, que son tóxicas. Pero también aporta una sombra fresca durante los meses calurosos que sirven de descanso al hortelano y su fruto es uno de los frutos secos que más gustan.
No obstante, es el nogal uno de los árboles más codiciados de los huertos, no solo por sus frutos sino también por su madera, que es considerada de las de mayor calidad, recibiendo el apelativo, junto con las maderas de árboles como el castaño, el tilo o el cerezo, de maderas nobles. Aquí dejo el poema:
La sombra del nogal es peligrosa
Tupida en el octubre como bóveda
como cúpula inmóvil
nos cobija e invita
a su caricia fresca
y van cayendo frutos uno a uno
torturados cerebros, nueces nueces
Por la noches
sombra de luna muerta da el nogal y van suicidándose una a una
sus hojas quejumbrosas
y pies desconocidos invisibles
las huellan las quebrantan las sepultan
librándolas así
del torbellino eólico
que azota a lo mortal abandonado
sobre la faz fuenesta de la tierra
impenetrable
Pero, ¿quién pasa, quién posa?
¿De quién los pies piadosos redentores?
Gerardo Diego, 1977
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