LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

martes, 12 de noviembre de 2013

ES TIEMPO DE SEMBRAR HABAS

A mediados de noviembre es el tiempo idóneo para sembrar las habas (en esta zona). Antes de esta fecha, y con las primeras lluvias tras el verano germinan y nacen con facilidad pero existe el inconveniente que pueden desarrollarse y florecer en tiempo de heladas, con lo cual se perderá gran parte de la fructificación y la planta gastará mucha energía en balde.

La siembra nos sirve para dar un pequeño repaso al haba y sus principales características y requerimientos. Al final de la entrada entraremos específicamente en la siembra.

Las habas (Vicia faba) es planta perteneciente a la familia de las leguminosas, y se considera entre las plantas mejorantes del suelo por la asociación simbiótica que realiza con bacterias del género Rhizobium (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com.es/2011/06/el-efecto-beneficioso-de-las.html), que tiene como resultado la fijación de nitrógeno atmosférico en el suelo (si se arranca una planta de haba con cierto desarrollo, se verá en el sistema radicular unas “bolitas” blancas, que son nódulos de nitrógeno). Además, es una de las plantas hortícolas que menores requerimientos necesita, por lo que puede ir en el último lugar de la rotación, tras cultivos de exigencia elevada y exigencia media.

Su cultivo es de los más sencillos, y se adapta muy bien a las condiciones ambientales de la zona, apenas requiriendo labores y riegos. Desde su siembra hasta su cosecha (mayo-junio) prácticamente no necesitará más que algún escardado y aporcado una vez emergidas y alcanzado un palmo de altura. Una vez que comienzan a crecer a penas dejan crecer malas hierbas, pues crean sombreo. En cuanto a los riegos, en un año normal, con lluvias otoñales y primaverales no necesitará ninguno. Si el otoño-invierno es seco y también la primavera sí que necesitará riego.

Uno de los principales enemigos de las habas, junto al pulgón, del que ya se ha hablado en el blog (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com.es/2012/04/la-mariquita-del-senor-las-habas-y-los.html) es el jopo (principalmente la especie Orobanche crenata), otra planta que actúa como patógeno del haba y otras especies, y que vive a expensas de ella. En nuestro caso ha aparecido en alguna ocasión este patógeno en cultivos de años anteriores, no representando peligro por su escasez.

La polinización del haba es parcialmente alógama (lo que significa que puede autofecundarse, pero en la mayoría de los caso ocurre por polen de otras plantas, con lo cual entran en juego polinizadores, fundamentalmente abejas y abejorros).
Además de los abejorros y abejas, hay que destacar la gran cantidad de insectos que atrae el haba, muchos de ellos beneficiosos como la “mariquita del señor”.
Larva de mariquita procedente del cultivo de haba del año 2012 devorando a un pulgón

En cuanto a la siembra, como ya hemos señalado, es sencilla. En nuestro caso, en primer lugar obtenemos las semillas y planificamos el lugar donde se ubicará el cultivo. Se planifica que antes, en la temporada anterior, el espacio no lo haya ocupado ninguna leguminosa, y si se puede evitar el cultivo anterior de la patata mejor (por la Rhizoctonia).

En cuanto a la semilla empleamos semilla tradicional, que proceden de un antiguo hortelano de la zona que nos las proporcionó. Desde entonces, todos los años guardamos de la cosecha propia lo que estimamos que necesitaremos para la siguiente siembra.
Semilla de haba

Una vez elegido el lugar, realizamos un arado poco profundo con el cultivador mecánico (la mula mecánica), ya que se trata de una tierra que tiene un buen horizonte superficial.
Tras esto marcamos la línea de cultivo con una guita (o cuerda) y dos estacas. Separamos entre líneas de cultivo 0,75-1 m. Este marcado lo realizamos con el mismo sacho, realizando un pequeño surco de 2 o 3 dedos de profundidad; y tampoco importa que sean líneas perfectas, a menos que se quiera hacer una obra estética, pues las plantas no van a notar esa diferencia.
Haba en surco y "palo" de medida
Hechas estas líneas de cultivo se depositan las semillas de haba. Para ello separamos las semillas en una misma línea 15-30 cm. En cada lugar depositamos de 2 a 4 semillas (nosotros depositamos 3). Para que tenga cierta homogeneidad en esta separación se coge algo de referencia, en este caso, no puede ser más rústico, pues es un palito.
Tras esto solo queda cubrir, por ejemplo con un rastrillo, y esperar a que germinen y emerjan de la tierra.



José Manuel

lunes, 21 de octubre de 2013

ES TIEMPO DE RECOLECTAR GRANADAS

Desde comienzos y hasta mediados de otoño, es posible recolectar granadas. La granada es el fruto del granado. Su  nombre científico es Punica granatum. Se trata de una planta arbustiva o arbolillo, aunque por  su estructura es más bien arbustiva, abierta desde abajo con mucha ramificación y que raramente alcanza más de 3-4 m.


La granada es un fruto esférico, rojizo o amarillo-rojizo. Lo que nos comemos son las semillas, de color rojizo-rosáceo y con forma prismática. Para su recolección es recomendable utilizar unas pequeñas tijeras de podar o similar, ya que su unión con el pedúnculo que la une con la rama es fuerte. Algunas granadas, por efecto de la humedad o por una mayor turgencia del fruto que de la capa que lo envuelve (cáscara) se rajan. Estos frutos son sin duda de gran calidad y están en su punto. Pero si esto no ocurre, y a nivel comercial no es deseable, la granada está en su punto cuando torna de un color verdoso-amarillento a un amarillo con tintes rojizos, también variable según factores, sobre todo la insolación recibida.

En la imagen es un caqui el que se recolecta con tijeras de podar, pero de forma similar se hace con la granada
Para comerla hay que tener paciencia, pues el fruto tiene una especie de separaciones entre granos y cada grano contiene una parte blanca de sabor amargo, en contraposición con la parte carnosa de color rojizo. No solo es posible comerla, sino que también se puede beber, pues el zumo de granada es bastante dulce y de muy buen sabor.

En cuanto a su distribución el granado se suele encontrar en zonas relativamente frescas, pequeños cursos de agua, a veces en cunetas y en setos. Se cree que procede de Oriente Medio, pero se ha naturalizado en la región mediterránea. Se cultiva en zonas de clima suave-templado y subtropical y el fruto alcanza precios considerables en el mercado. En nuestro país aparece de forma dispersa y destacan los cultivos en la zona de Levante.

El granado, además de por sus frutos también se utiliza como planta ornamental, con una floración muy vistosa (de colores rojos intensos) y con un ramaje algo espinoso (sin llegar a tener espinas, si que tiene ramas terminadas en punta), por lo que también suele emplearse en setos de protección. Hay variedades enanas que son empleadas como bonsáis o en maceteros. Además, sus hojas caducas, justo antes de caer toman una coloración amarilla muy llamativa.

Por cierto, casi de la mano de la granada se recolecta el caqui, pero eso es otra historia...




José Manuel

miércoles, 9 de octubre de 2013

LA ALBAHACA, PLANTA CONDIMENTARIA, AROMÁTICA Y MEDICINAL

Entre las plantas que más colorido y olor dan al huerto se encuentran las aromáticas. Muchas de ellas tienen propiedades que las hacen muy útiles y dan un toque especial en la cocina. Introduzco así una nueva etiqueta de “plantas medicinales”. Comenzamos con la albahaca, una planta que si bien este año no hemos plantado en el huerto, sí que lo hemos hecho en años pasados. No obstante, tenemos una maceta con un ejemplar.

La albahaca, cuyo nombre científico es Ocimum basilicum, es originaria de la India, donde se la considera una hierba sagrada. Es una planta de porte herbáceo, aunque llega a endurecer sus tallos principales. Pertenece a la familia de las labiadas o lamiáceas, como el romero, el tomillo o el orégano, aromáticas por excelencia.

Hojas de albahaca (recuerdan a la de la
planta arvense Parietaria judaica)
Sus hojas son lanceoladas y poseen un verde intenso, con cierto brillo cuando la planta es joven.

La floración ocurre en verano y la puede mantener hasta entrado el otoño, momento en que es óptima su recolección para semillas. Sin embargo a medida que avanza la floración y la fructificación la calidad de las hojas es de sabor más amargo y de mayor dureza.

Es planta algo delicada si no se le dan buenas condiciones de luz, calor, y humedad, y no tan exigente en suelo. No soporta las heladas, y se desarrolla muy bien en lugares con temperaturas cálidas, pero no extremas, donde sufre bastante, como ocurre en nuestra zona en lugares de exposición solar importante en verano.

Le gusta un riego regular, que no encharque la tierra. Es preferible sembrarla directamente en tierra, aunque también puede hacerse en semillero o en macetero si la vamos a tener durante todo su ciclo en él. La mejor fecha para sembrarla es abril-mayo.
Floración y fructificación de la albahaca
En el cultivo se asocia muy bien con el tomate y el pepino, y según se dice previene de algunas plagas, aunque no hemos llegado a constatar este hecho en el huerto.

Fructificación de la albahaca
Nutricionalmente la albahaca contiene muchos minerales y vitamina B. Es muy buena condimentaria, típica de platos de pasta y también da muy buen sabor al pescado y a la carne, y también en ensaladas, sobre todo con tomates y guisos. Es también excelente con platos de huevos y setas.
Entre sus virtudes y usos, la albahaca es estimulante al comienzo de su acción (tónica estomacal), pero después es sedante del organismo, por lo que se ha usado como antiespasmódico gástrico. Es por ello por lo que se recomienda en las digestiones pesadas de las personas nerviosas, porque calma los espasmos gástricos, así como en las migrañas de origen digestivo o nervioso.

Es emanagoga y favorece la secreción láctea. Es aperitiva y carminativa, al favorecer la expulsión de gases intestinales. Además, combate el insomnio y la debilidad general. Incluso se puede encontrar que autores la consideran galactógena y afrodisíaca.

Se pueden encontrar gran cantidad de preparaciones para aprovechar sus propiedades en diversos libros sobre plantas medicinales.

En cuanto a su conservación es posible mantenerla todo el año secándola a la sombra en lugar ventilado o en un secadero solar y después guardándola en un tarro hermético, al igual que se hace con el orégano. Si se quieren tener verdes todo el año se puede rellenar cubiteras con hojas frescas bien prensadas y guardarlas inmediatamente en el congelador.


José Manuel

miércoles, 2 de octubre de 2013

RESUMEN DE LA PRECIPITACIÓN DEL AÑO AGRONÓMICO 2012-2013 EN EL HUERTO

Después de estar todo el verano el blog inactivo, vuelvo a volcar información en él. Antes de nada disculpas a todos aquellos que habéis escrito y no habéis encontrado respuesta. Iré revisando y respondiendo vuestras preguntas.

El fin e inicio del año agronómico se suele marcar en tierras que nos ocupan por el día de San Miguel, el 29 de septiembre. En esta fecha mucho de los agricultores y gente del campo han terminado de cosechar los cultivos del verano, y marca el inicio de las siembras otoñales e invernales. Marca también, el final de la época estival y el comienzo de la otoñal, aunque es una fecha típica en que las temperaturas suelen subir y dar lugar al denominado “veranillo de San Miguel” o “veranillo del membrillo” (porque comienza a madurar el membrillo por esta época).

Es por ello que también que esta fecha se tenga en cuenta para otros aspectos, como es la precipitación. Centrándonos en la precipitación ocurrida en el huerto, apunto aquí un resumen desde octubre del año 2012 a septiembre del año actual, 2013. Este resumen es válido para las zonas cercanas a Barcarrota, aunque puede haber variaciones, sobre todo por los episodios de tormentas.
       Octubre 2012: precipitación de 98 l/m2, ocurrida sobre todo en la segunda quincena.
      Noviembre 2012: precipitación de 180 l/m2, destacando el día 2,3 y 4 en los que cayeron más de 100 litros.
      Diciembre 2012: precipitación de 58 l/m2.
     Enero 2013: precipitación de 90 l/m2, ocurrida sobre todo en la segunda quincena.
      Febrero 2013: precipitación de 78 l/m2, ocurrida sobre todo en la segunda quincena.
    Marzo 2013: precipitación de 204 l/m2, destacando, además de la cantidad de lluvia, el número de días lluvias que hubo, con 19 días en los que hubo precipitaciones, lo cual dificultó la siembra de la patata.
    Abril 2013: precipitación de 17 l/m2, con tan solo dos días de lluvia.
    Mayo 2013: precipitación registrada de 4 l/m2, y otro día en que hubo un episodio de lluvia que no se registró, pero de escasa cantidad.
    Junio, julio y agosto 2013: con precipitación nula, exceptuando un día del mes de julio y otro del mes de agosto que cayó una pequeña cantidad de precipitación que no se llegó a registrar.
    Septiembre 2013: precipitación de 23 l/m2, ocurrida en los últimos días del mes.

Con todo esto, se registró una precipitación total en el año agronómico de 752 l/m2, muy superior a la normal, que suele rondar los 500 l/m2.

Esto afectó de forma importante a los cultivos, ya que, por una parte, en el otoño produjo encharcamientos, provocando que cultivos como el de la espinaca sufriera de podredumbres y asfixia radicular, mientras que en la primavera ralentizó los trabajos de siembra de cultivos como la patata y provocó que la llegada de las temperaturas altas y la parada de las lluvias fuera repentina, y con ello la subida a flor (“espigado”) prematura de cultivos como los rabanitos, zanahorias o acelgas.

El final de la primavera, y por supuesto, el verano fueron muy secos, pues a penas llovió durante los meses de abril y mayo, y no lo hizo prácticamente durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre, exceptuando los cuatro últimos días de este último mes.

Con la observación, y personalmente por lo visto en el huerto, considero que ha sido un año menos productivo. Sin embargo, las abundantes lluvias han llenado las reservas de los acuíferos, lo cual repercute y repercutirá positivamente en nuestros cultivos de cara a los próximos meses.



José Manuel

lunes, 17 de junio de 2013

EL HUERTO A FINALES DE LA PRIMAVERA


Ya pensando en verano, y con restos de primavera en cuanto a tiempo cambiante y noches frescas, el huerto toma color y forma.
Cielo cubierto en el huerto, en uno de los días de la primera quincena de junio en los que el tiempo ha sido muy cambiante
La mayoría de los cultivos que ocupan el huerto tienen color verde, pero otros como habas y ajos, están casi secos o comienzan a secarse. Para las habas se acerca el momento de cosechar en seco. Este año se han retrasado, respecto a otros años un mes.

Los ajos comienzan a secarse, y esperaremos a que lo hagan casi por completo para empezar a cosecharlos. Para cosecharlos, primero se sacarán de la tierra, tras previo trabajo con el sacho y se dejarán dos o tres días tendidos sobre la tierra para que se sequen. Posteriormente se acondicionan para su almacenamiento.

Ajos en los que comienzan a secarse sus hojas
Otro cultivo que no tardará mucho en cosecharse, serán las cebollas. Seguiremos el mismo procedimiento que con ajos, pero pasarán alguna semana para su cosecha aún.
Y el último cultivo que queda anterior a los de verano son las patatas. Las patatas siguen todavía creciendo y necesitan de agua para su desarrollo. Lo más probable es que la cosecha sea a finales de julio o incluso ya en agosto, pero eso se irá viendo.

Con respecto a las plantas de verano: los calabacines crecen rápidamente en condiciones de calor, y ya empiezan a florecer escalonadamente y a cuajar las flores. Desde que cuaja hasta que los frutos están en condiciones de cosecharse pasa solo una o dos semanas (incluso menos cuando las temperaturas nocturnas son cálidas), por lo que de aquí a poco tendremos calabacines. Es, quizás la planta más productiva del huerto.
Calabacines ya cuajados
Las tomateras también están florecidas, y también lo hacen escalonadamente, pero a diferencia de los calabacines su cuajado y maduración es mucho más lenta (hay que tener en cuenta, a parte de la gran precocidad de los calabacines, que estos no se cogen en su punto de maduración fisiológico (sino en el momento óptimo de consumo), mientras que los tomates sí.
Calabacines, pimientos y tomateras (de dcha. a izda.)

Sin embargo, pimientos, berenjenas, pepinos, sandías y melones son mucho más tardíos en condiciones normales, y más este año un poco anormal. A todos ellos les ha costado arrancar, pero parece que poco a poco van recuperándose. no obstante, este año puede ser un año menos favorable para la producción de estas plantas.
Planta de berenjena aún poco desarrollada
Todo el riego por goteo que le tenemos puesto es un sistema muy adecuado por su ahorro, aplicación en lugar de absorción hídrica y facilidad de manejo con respecto al riego a manta. Aunque al ser tuberías con goteros pinchados y regulables, al menos una vez a la semana hacemos una revisión general de los goteros para regular el caudal de agua que reciben las plantas

Y el Abuelo, siempre con previsión, ha comenzado a plantar sus primeras coles de sus propios semilleros.
Coles recién plantadas

 
José Manuel

viernes, 7 de junio de 2013

EL ALCORNOQUE Y LA SACA DE CORCHO

A pocas semanas, días, de que comiencen los trabajos de la saca del corcho, le dedicamos esta entrada al alcornoque. Un árbol de los de mayor porte en nuestro entorno de dehesas, y que junto con la encina son los árboles que más caracterizan nuestro paisaje. Personalmente, es el árbol que más aprecio, por su porte, por su robustez, por su adaptación al medio y por guardar tantas tradiciones en él.
El alcornoque, un roble muy especial
El alcornoque, de nombre científico Quercus suber, es una especie del género de los robles o quercíneas, y de la familia de las fagáceas, entre las que se incluyen las hayas y los castaños.

Alcornoques del camino de Los Molinos (Barcarrota) después de 3-4 meses tras el descorche

Es un árbol típicamente mediterráneo, que se distingue claramente por su capa de tejido suberizado o corcho, concebido como una adaptación al estío y al fuego. Posee otras claras adaptaciones al medio mediterráneo: hojas coriáceas con borra, con mecanismos que impiden pérdidas de agua en la época de mayores temperaturas o su sistema radicular pivotante y amplio, para la búsqueda de zonas de agua.
Puede encontrarse en dehesas o en masas más densas. En nuestras condiciones es más normal encontrarlo formando masas mixtas o bosquetes entre dehesas extensas de encinas, con predominio de esta última. El alcornoque es algo más exigente que la encina en humedad, resguardándose en ocasiones en zonas más frescas o de umbría, con respecto a la encina.
Sin embargo, en otras zonas, como los alcornocales de Cádiz, no solo convive con encinas, sino también con quejigos, fresnos, rebollos,... En el subpiso pueden aparecer madroños, agracejos, jaras, brezos,...
Distribución y estado en la Península
El alcornoque está presente en Europa y África. En Europa se encuentra en España, Portugal y sur de Francia e Italia, mientras que en África es habitual en Marruecos, Argelia y Túnez.
En la Península es frecuente en una banda más o menos extensa desde la costa atlántica sur hasta Cataluña, aunque se puede encontrar disperso o en pequeñas manchas por el interior, en el sur de Galicia, el oeste de Asturias y Cantabria.
El alcornoque forma comunidades en montes y dehesas que ocupan cerca de medio millón de hectáreas en España y 700 mil hectáreas en Portugal.
Sin embargo, esta superficie está caracterizada en su mayor parte por su envejecimiento, compuestos en su mayoría por individuos muy viejos y que afrontan una escasa regeneración que pone en peligro su estabilidad.
Se observa los daños ocasionados por la saca. Ejemplar
de la finca Hernán Yuste (cerca del pantano del Ahijón)
A pesar de todo, y según datos históricos, la superficie de alcornocal en España es mayor actualmente que hace tres siglos atrás. Todo ello, considerando que hubo talas de importancia entre 1860 y 1879 en la provincia de Cádiz, donde se cortaron más de un millón de alcornoques para hacer carbón vegetal. Fue la demanda de corcho lo que propició la repoblación de muchas zonas. Hoy en día, en esta zona existen instrumentos de ordenación del monte que de cierta manera garantizan esa estabilidad.
En España se distinguen zonas de alcornocales en masas más o menos de importancia, aunque es más frecuente encontrarlo disperso en pequeñas manchas. La masa de alcornoques más importante está en la provincia de Cádiz, en sus límites con Málaga, formando un alcornocal de densidad considerable y de alto valor ecológico, conocido como Parque Natural de Los Alcornocales. También existen masas de alcornocales en la provincia de Sevilla y Huelva, pero sin llegar a ocupar un espacio tan grande como en Cádiz.
Un vídeo muy bien elaborado es uno de la serie de RTVE “El bosque protector: La última selva” (http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-bosque-protector/bosque-protector-alcornocales-ultima-selva/1607924/)
Es Andalucía donde mayor número de alcornoques se encuentra, seguido de Extremadura y Cataluña; ya en menor número se encuentran en Castilla-la-Mancha, Castilla y León y Comunidad Valenciana.
Hay que destacar que algunas de las especies más amenazadas de Europa habitan en zonas de alcornocales: el buitre negro, el águila imperial, el lince o la cigüeña negra; constituyendo una riqueza biológica mucho más difícil de cuantificar que la puramente económica.
Un poco de historia sobre el aprovechamiento corchero
Aunque se cree que hace 2.000 años ya se utilizaban tapones de corcho para evitar que se vertiera el contenido de las ánforas, fue el monje francés Dom Pierre Pérignon (1638-1715) quien popularizó el uso del corcho al emplearlos para el embotellado de vinos burbujeantes, precedente del champagne.
El éxito de este vino burbujeante fue tal, que la demanda de corcho empezó a ir en aumento. En torno a 1750 se instaló en el pueblo gerundense de Agullana la primera industria artesanal taponera al lado español de los Pirineos; una actividad económica que durante casi dos siglos se desarrolló a una gran velocidad.
A principios del siglo XIX el corcho alcanzó precios considerables, pero a la vez empezó a escasear. Los empresarios catalanes decidieron, entonces, iniciar su actividad en Andalucía y Extremadura, donde el número de alcornoques era mayor. Abrieron fábricas de preparación y transformación de corcho en numerosas localidades. De ahí que muchas de las fábricas tuvieran nombres catalanes.
Sin ir más lejos, donde hoy está el huerto que cultivamos El Abuelo y el que escribe, hubo en su tiempo un parque de corcho, donde se hacía un primer procesado. Y otras muchas pequeñas “industrias” se esparcían por las localidades donde los alcornoques abundaban.
El corcho, un aprovechamiento que resta y da vida
El aprovechamiento del corcho es, a la vez, negativo y positivo. Negativo desde el punto de vista fisiológico para el árbol (acorta su vida), y positivo, en cuanto a que permite el mantenimiento de masas importantes de alcornoques y revaloriza y ofrece planes de futuro para estos árboles.
Se calcula que la vida máxima del alcornoque no supera los 500 años si no ha sido explotado, pero los árboles sometidos al descorche no suelen sobrepasar los 200.
Este aprovechamiento se realiza en turnos que van de 9 a 12 años, según el clima de la zona y la tradición. Normalmente suelen ser turnos más cortos hacia el suroeste y más largos en Cataluña. La primera producción de corcho con aprovechamiento comercial ocurre aproximadamente a  los 30-40 años de vida del árbol. Y no es hasta el tercer descorche cuando el corcho es apto para ser utilizado en la producción de un tapón de calidad, su uso más codiciado.
Para entender el daño que se produce en el alcornoque explicaremos un poco la estructura del tronco del alcornoque. Este se compone de un cilindro central leñoso, una capa de protección o casca, el felógeno y la capa de corcho externa. El felógeno está compuesto de una fila de células, y durante la época de actividad vegetativa, que es cuando debe realizarse el descorche, produce células de corcho hacia el exterior y de felodermis hacia el interior. Esas nuevas células son tiernas y permiten un fácil desprendimiento de la capa de corcho.

Durante el descorche se rompen muchas células de felógeno, y las que quedan a la intemperie mueren a los pocos días. Esto provoca un desequilibrio hídrico en el árbol y lo expone al ataque de hongos y otros parásitos. El alcornoque sufre una elevada pérdida de agua y savia por transpiración a través de la superficie descorchada. Además, coincide que el desbornizado (saca de corcho) se realiza en época de pleno calor y baja humedad.
El árbol se ve entonces obligado a cerrar cada uno de los estomas (poros) de sus hojas para mitigar la pérdida de agua.
Al cerrar los estomas durante los tres o cuatro días siguientes al descorche, el árbol detiene su actividad fotosintética. Durante 25 o 30 días, el conjunto de tejidos que conducen la savia a toda la planta, el denominado floema, debe reorganizarse, al igual que el felógeno. Lentamente se instala una nueva fila de células de felógeno que protegen al árbol de la transpiración en esa zona, se abren los estomas y el árbol recupera su actividad fotosintética y reanuda su crecimiento.
En contraposición con el perjuicio que causa la saca de corcho, hay que decir que uno de los principales motivos de la conservación de alcornocales ha sido el aprovechamiento para el tapón de corcho.
No obstante, en las últimas décadas ha surgido una competencia dura, el tapón sintético (que además para mayor confusión llaman corcho sintético, cuando el apelativo de corcho sobra).
El tapón sintético, por suerte, no aporta mucha de las cualidades que sí lo hace el natural de corcho. El tapón sintético pierde elasticidad con respecto al natural. Una disminución de la producción de tapón de corcho repercute en un abandono del alcornocal, por lo que habrá que prestar especial atención a la evolución de esta producción.
Se ha querido difundir que el corcho transmite olores y sabores, lo cual se ha comprobado que no es cierto cuando el proceso de cocido y procesado se realiza adecuadamente (en mal estado cualquier material empeora las cualidades del vino).
Los tapones son el principal destino del corcho pero existen muchos más usos: aperos de pesca, calzados, colmenas e incluso papel y lana, aislante térmico, corrector acústico,...
La saca, todo un arte
Tras el aprovechamiento del corcho hay toda una tradición detrás. No hace mucho tiempo había toda una serie de oficios relacionados con esta producción: arrieros, peladores, manijeros, aguadores,...
El descorche debe hacerse con sumo cuidado, pues tiene un gran impacto en la vida del árbol. En realidad se trata, como se ha dicho de una agresión, una práctica antinatural que este árbol soporta. Por ello, aunque pueda parecer un trabajo rudo, se trata de un oficio sumamente especializado, con herramientas propias y tradición. Herramientas como machetes, puntales, hacha corchera,...
Es un oficio de la época estival, pues el corcho solamente se desprende con las altas temperaturas veraniegas de la zona mediterránea. La faena comienza con las primeras luces del día, pues a medida que avanza el día, el trabajo en el campo se hace más duro y caluroso.
Un buen descorche ha de desprender el corcho del tronco en el momento adecuado a fin de que el árbol genere posteriormente su nueva piel. En una operación delicada, pues hay que separar la corteza sin dañar la capa madre. Esta labor la realizan los peladores o sacadores, quienes van creando fisuras en la corteza para, al final, hendir en la grieta el machete o puntón y hacer palanca hasta extraer la plancha de corcho.
De la habilidad del pelador depende que se puedan extraer planchas de corcho de mayor o menor tamaño. Si el hacha incide en la capa madre, se abren heridas por las que pueden entrar infecciones que se extendería por el árbol a través de la savia.
El primer descorche se realiza, como se ha comentado a los 30-40 años. Esto en el campo viene marcado cuando el tronco del árbol alcanza los 60 cm de perímetro. La altura del desbornizado no debe exceder el doble de esa medida (1,2 m). Este primer descorche da el bornizo, que tiene como máximo dos metros de altura y es de poca calidad (por lo que se suele utilizar para aglomerado). En los sucesivos descorches la altura aumentará hasta alcanzar un máximo de 3 metros.
Lo primero que hacen los descorchadores, que actúan en parejas, es desbrozar las matas (cuando las hay) alrededor del árbol para no entorpecer la faena.

Alcornoque en el que se ha realizado el primer descorche (bornizo)
Tras el desbrozado se trazan unas marcas horizontales con el hacha para señalar las panas de corcho que van a ser extraídas. Luego se realizan unas incisiones verticales que no deben alcanzar el felógeno, y se marcan los cuellos o límites a la altura del desbornizado. Después se ahueca el corcho y se separa del felógeno. Por último, se despega la pana de corcho del tronco.
Después de haberlo explicado, parece un trabajo técnico, y lo es, pero también es un trabajo duro que requiere habilidad y fuerza y para el que se necesita la ayuda de animales de carga, como el burro, el mulo o el caballo o de maquinaria (tractores, fundamentalmente), que posibiliten el transporte de las panas de corcho; además de los aperos necesarios para los trabajadores.
Por otra parte, los animales de carga, esenciales antaño en este trabajo, ahora se reducen  a zonas muy concretas, y cada vez se pierden más, a favor de maquinaria.
Además, tras la saca, continua la faena, los animales de tiro o la maquinaria transportan las capas de corcho a la zona de carga. Allí se realiza el pesaje, toda una ciencia, con unidades y herramientas propias, como el quintal (unidad de peso equivalente a 46 kg aproximadamente) o el pie de línea (para medir el calibre). Aquí también entra en juego la picaresca entre la parte que vende y la que compra.
También se realiza una primera clasificación de calidades, que terminará posteriormente en la industria corchera.
Hoy en día, se percibe una necesidad de capacitación para este tipo de trabajo, ya que requiere un manejo adecuado y cuidadoso del hacha, con conocimiento del árbol. El oficio de corchero es muy especializado, que se solía transmitir de padres a hijos. Estoy hoy no suele ocurrir.
Aprovechamientos alternativos al corchero y gestión sostenible
La búsqueda de alternativas a un ecosistema siempre es positivo en cuanto a que permite un rango de posibilidades en caso de fallar alguna. En las zonas de alcornoques también existen aprovechamientos alternativos que le dan valor a este ecosistema: apicultura, caza, setas, porcino. Estos aprovechamientos hay que cuidar de que sean compatibles con el alcornocal, sobre todo habrá que cuidar del ganado, pues hace peligrar la regeneración.

Dehesa mixta de encina y alcornoque con aprovechamiento porcino
El alcornocal tiene varios enemigos, entre ellos la seca. La edad del alcornocal es elevada, y si no se asegura una progresiva sustitución poco a poco las masas de alcornoques decaen antes de que los árboles jóvenes que sobreviven empiecen a producir. Un aspecto negativo es que la regeneración natural es mínima, y la artificial muy escasa.

Alcornoque en el que se observan daños por "culebra"

Entre las medidas de mejor gestión del alcornocal destacan la disminución de la carga ganadera, reducir altura del descorche, favorecer regeneración o tratamientos contra los principales enemigos: hongos asociados a la saca (principalmente Hypoxylon mediterraneum), la “cagá” de milano, provocada por el insecto Coroebus undatus (la culebra),...
Uno de los problemas para la supervivencia de nuestros alcornocales es que dependen de un planteamiento a largo plazo. Esto dificulta las iniciativas particulares por la inversión sin retorno que supone. Por ello se requiere el esfuerzo de la administración y tras ello, por supuesto, de los agentes implicados y en última instancia de la población.
Os dejo un vídeo con texto muy interesante sobre la saca de corcho en el municipio de Oliva de la Frontera.

José Manuel

lunes, 3 de junio de 2013

LOS CULTIVOS ESPERAN EL VERANO

Tras unas semanas en las que las temperaturas eran bajas para la época en la que estamos, por fin en los últimos días han vuelto a subir. Las temperaturas bajas han hecho que las plantas de verano no crezcan mucho e incluso nazcan con cierta debilidad, como sandías, melones o pepinos.
También con las condiciones que se están dando este año han aparecido los pulgones, con bastante retraso con respecto a años anteriores. Sin embargo, no se ha detectado ninguna mariquita, con lo cual los pulgones están más tranquilos (las mariquitas son un gran depredador de pulgones). No obstante, no parece necesario tomar medidas especiales, por ahora, para detener el desarrollo de pulgones.
En el riego estamos aplicando riego por goteo a tomateras, calabacines, pimientos, berenjenas, pepinos, sandías y melones. El intervalo con que regamos, al inicio del desarrollo de estas plantas, es cada dos días, con un tiempo aproximado de una hora, para ir poco a poco incrementando el tiempo, para después regar todos los días, según vaya viniendo el tiempo y se desarrollen las plantas.
Riego por goteo en los cultivos de verano
Para patatas y ajos regamos por aspersión (El Abuelo riega por aspersión pero de forma manual). En este caso, también regamos cada dos días y este intervalo lo mantenemos hasta la cosecha de ambas. Días antes de la cosecha se deja de regar, de manera que se endurezca y seque la piel de la patata o las capas exteriores de la cabeza del ajo.
Riego por aspersión en ajos

Patatas floreciendo

Las habas ya se van secando y se esperará hasta que se sequen completamente para cosechar el grano.
Las patatas están en su mayor parte florecidas, y parecen tener un desarrollo vegetativo adecuado, por lo que se espera que la cosecha sea buena. A las patatas es quizás la que mejor le han venido las temperaturas registradas.
Cebollas y lechugas, algunas se han espigado y otras, las que menos, se pueden cosechar ya, en el caso de las lechugas, y esperar a que se sequen para las cebollas.
Acelgas de las que pronto se cortarán pencas
Las acelgas tienen buen ritmo de crecimiento y pronto empezaremos a cortarles pencas. Es una planta que emite hojas durante todo el verano, y parte del otoño. Así que se podrán cortar varias veces, siempre respetando cierta altura de corte, dejando el meristemo apical (el centro de los brotes la planta a partir del cual se emiten más hojas).
Y los cultivos que más tiempo nos ocupan ahora son los de verano. Necesitan cada cierto tiempo de un ajuste de los goteros, ver que todo va bien, y que plagas y enfermedades no hagan  daños de importancia.

Los tomates y calabacines son los que mejor están creciendo. Los tomates empiezan a dar algunas flores, y destaca que están sufriendo de pulgones, pero como decía, de momento no es preocupante. Los calabacines, bastante rústicos, están tomando fuerza, después de una germinación algo débil.
A la izda. flor en una tomatera, acompañada por flores ya cuajadas. A la dcha. pulgones en las hojas de tomateras
Las berenjenas, procedentes de plantas de bandeja, son aún pequeñas, pero parecen estar sanas. No ocurre lo mismo con pepinos, sandías y melones, procedentes de semillas y que le está costando bastante arrancar. Esperemos que con temperaturas más altas todas estas plantas cojan fuerza.
Y pensando ya en los próximos meses estamos sembrando semilleros de coles y coliflores.
Coliflores en bandejas de "corcho"

José Manuel

sábado, 4 de mayo de 2013

ES TIEMPO DE PLANTAR TOMATES

A partir de mediados de abril y principios de mayo, cuando las temperaturas son templadas por el día y suaves por las noches es el tiempo adecuado para plantar tomates en el huerto. Como siempre decimos: plantar y no sembrar, ya que sembrar se refiere a la semilla y plantar (o trasplantar) a cuando lo que se pone en tierra es ya la planta con un cierto desarrollo.
El tomate (Lycopersicon esculentum) pertenece a la familia de las solanáceas, al igual que la patata, la berenjena y el pimiento. Se trata de plantas con altas producciones, pero también con altas exigencias. Estas se suplementarán con un buen y adecuado abonado. Siempre son mejores los abonos orgánicos (estiércoles, compost) que los minerales, pues son mejor asimilados por el suelo (y con ello por la planta) y tienen un proceso de integración mucho más acorde con el desarrollo de la planta.
Como en todas las plantas, y en especial todas las solanáceas, hay que respetar las rotaciones de cultivo, sin repetir especies de la misma familia en al menos 3-4 años.
Antes de plantar los tomates hay que preocuparse de conseguir plantas de buena calidad y desarrollo. No es necesario que sean plantas excesivamente grandes (estas tienen una peor adaptación una vez plantadas), pero sí es imprescindible que estén sanas, con buena hidratación y con un equilibrio entre parte aérea y radicular.
En nuestro caso, realizamos semillero de nuestras propias semillas, guardadas el año anterior o de hortelanos del lugar con buenas plantas. El semillero lo realizamos sobre mediados-finales de marzo. Se han sembrado al menos dos variedades: corazón de toro y piel de doncella. La primera de gran producción y tomates de mucha pulpa, y la segunda de menor producción, pero de calidad excelente y piel rosada.
Una vez que las plantas han crecido unos 10 cm y ya a finales de abril-principios de mayo se pueden llevar a tierra.
Previamente la tierra debe haber sido preparada para acoger a las tomateras. En nuestro caso se prepara la tierra semanas previas con varios pases de mula mecánica. Tres semanas antes realizamos un aporte de estiércol de cerdo algo fresco. El estiércol se deja en superficie para que termine de airearse y se “hiciera” algo más.
Una semana antes de plantar los tomates se pasa la mula por última vez, y queda la tierra definitivamente preparada. Tras esto se colocan las tuberías con goteros (que ya se tenían del año pasado, por lo que se facilita bastante el trabajo de la colocación de goteros y plantas).
Se realiza un pequeño acaballonado (que favorece una mejor aireación de las raíces) y solo falta colocar las tomateras. Las tomateras se colocaron con una distancia aproximada de unos 20 cm entre plantas y unos 60-80 cm entre líneas (anchura de los caballones).
En este caso, con el sembrador de madera se iba realizando un pequeño hoyo, se coge del semillero un manojo de plantas de tomate con cuidado de conservar en buen estado la planta y sobre todo el sistema radicular. Se coloca la planta sobre el hoyo y se facilita el contacto íntimo de las raíces con la tierra con un pequeño apretón de dedos y posteriormente se vierte un chorro de agua para rellenar el hoyo. Una vez que el agua filtra se tapa el hoyo.


Como paso final, se realiza un acolchado con paja vieja. El acolchado, del que ya hemos hablado en el blog (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com.es/2012/05/los-beneficios-de-utilizar-acolchado.html) lo consideramos una técnica de muy buenos resultados para los cultivos del verano a nivel de huerto (en plantaciones industriales no es económicamente viable). Entre sus beneficios: mantiene la humedad, dificulta la emergencia de malas hierbas y la tierra mantiene mejor estructura.
Es importante seguir una cierta uniformidad si plantamos varias variedades para facilitar la cosecha. Tras este trabajo y con el riego sistematizado poco más hay que hacer sino es realizar bien el riego, cuidar de que todas las plantas vayan bien, reponer posibles marras y esperar a la cosecha.

José Manuel

miércoles, 10 de abril de 2013

EL HUERTO ENTRE CULTIVOS DE PRIMAVERA Y DE VERANO

Después de las cuantiosas lluvias, y con dificultades para hacer las siembras de primavera, parecen llegar días en que la tierra está en su punto para ir aireándola y preparándola para los cultivos de verano (sandías, melones, tomates, pimientos, pepinos, berenjenas, calabacines y algún otro más).
Caballones donde están emergiendo las patatas, espinacas, y al fondo El Abuelo "aricando" la tierra
Todo en el huerto está atrasado. Las habas aún no han dado los primeros “jerretes”, cuando otros años por estas fechas ya habíamos cogido habas en verde. Al igual sucede con las lechugas, y es ahora cuando estamos cosechando las primeras lechugas de oreja de mula.
Las patatas, sembradas desde principios de marzo hasta la tercera semana (demora con respecto a las primeras por las constantes precipitaciones) ya emergen de la tierra. Es momento de hacer un pequeño aporque (remover la tierra y tapar un poco el tallo de la patata, a la vez que eliminamos malas hierbas) y, una vez que la tierra ha cogido cierta temperatura, aportar una capa de paja o similar (acolchado orgánico). Esta capa de materia orgánica pajiza garantiza una mayor humedad durante la primavera y el verano, a la vez que nos evita tener que hacer escardas para evitar costras superficiales y proliferación de hierbas que compitan con la patata.
Patatas emergiendo, a la vez que se va aportando capas de acolchado orgánico
Ajos y cebollas se están desarrollando con fuerza y parece que va a haber una buena cosecha allá por junio. Sin duda, les ha sentado bien las lluvias. No parece así con las espinacas, a las que la excesiva humedad perjudica, por asfixia de raíces (es muy poco tolerante a encharcamientos), y también favorece la proliferación de hongos (mildiu, fundamentalmente).
De izda. a dcha. acelgas, rabanitos y ajos
También tenemos a buen ritmo de desarrollo acelgas y rabanitos. Y en los últimos días hemos sembrado semillas de zanahoria.
Por otra parte, pensando en el verano hemos sembrado en pequeños semilleros, algo artesanos, semillas de tomate y pimiento (semillas de nuestra propia cosecha del año pasado y algunas dadas por hortelanos de la zona).
Calabacines, calabazas, sandías y melones se sembrarán sobre el propio terreno a partir de finales de abril, si el tiempo acompaña. También aportamos estiércol y compost de fabricación propia, ya que estos cultivos son ávidos en materia orgánica.
Como siempre, destaco la importancia de guardar semillas propias, siempre que sea posible. Es momento de seleccionar, entre la mejores, aquellas lechugas y cebollas que dejaremos para simiente. Más complicado será hacerlo con ajos y patatas, ya que lo que se siembra no es la semilla sino el diente y el tubérculo, respectivamente, y suelen estar sometidos a pudriciones y enfermedades. En algunos casos, como semillas comerciales de espinacas, e incluso melones y sandías, la manipulación que sufren dichas semillas hará imposible este trabajo, pues las simientes nos darán individuos en ocasiones de poca calidad o incluso inviables. En este sentido, mantener esos cultivares tradicionales locales tiene una importancia vital.
Otros trabajos que hemos hecho en estos días sin lluvias ha sido la siega de las hierbas, quedando bordes sin segar, que permite el refugio de insectos auxiliares.
Cavando y moviendo la tierra apreciamos el valioso trabajo de unos de las mejores ayudantes del huerto, las lombrices. Es una alegría encontrarnos con este pequeño anélido.



José Manuel