A poco más de un mes para que termine el invierno llevamos unos días en que en el huerto está haciendo frío, y a la vez se intuye la primavera. No obstante el frío no ha sido mucho durante el invierno, pero no hay que olvidar que las heladas tardías son muy negativas para las plantas.
Los trabajos en esta época, después de la tregua que nos da la lluvia, están centrados en airear la tierra, prepararla para próximos cultivos y realizar alguna siembra (rabanitos, espinacas, acelgas) o trasplante (lechugas). La tierra tiene un color negro, una textura esponjosa y un olor a huerto que encanta.
Cada vez está más cerca la siembra de patatas y, aprovechando estos días más secos, hemos pasado la mula mecánica para que no se apelmace para cuando llegue el momento a principios de marzo tenerla a punto para hacer los caballones.
A mano y con el sacho aricamos la tierra más superficial para airear y evitar las hierbas que compiten con ajos, lechugas, cebollas y habas.
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| La flor del haba, como leguminosa típica es papilonácea (amariposada) |
Las habas han comenzado a dar sus primeras flores, y seguirán floreciendo de forma progresiva hasta probablemente mayo.
Aún no se observan de forma patente polinizadores, pero sí algunas aves y pájaros típicos de esta época, como algún “espulgabuey” o petirrojo.
Las últimas coliflores y coles se han cosechado y se han dejado algunas para que espiguen y recoger simiente.
También los rabanitos se han ido cosechando, y ya hemos sembrado otra postura para la primavera. Junto a los rabanitos, los nabos algo más tardíos siguen en tierra, y se van consumiendo a cuentagotas por no tener mucho aprecio en la cocina.
José Manuel
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