LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

sábado, 31 de marzo de 2012

HORMIGAS, PASTORES DE PULGONES EN CEREZO

Las hormigas y los pulgones establecen una relación de simbiosis en variados cultivos. Este hecho es especialmente palpable en el caso del cerezo.
En esta época, en la que los cerezos empiezan a florecer, también habrá que considerar, como es obvio, que se acompañará de una posterior foliación. Con el desarrollo de las hojas aparecen en los cerezos plagas de insectos que acuden a ellas para alimentarse de estos árboles. Por tanto, cabe esperar que en las próximas semanas aparezcan en muchos de nuestros cerezos los pulgones negros del cerezo (Myzus cerasi).

Si no somos muy curiosos, puede ser que ni siquiera hayamos reparado en la presencia del pulgón negro, pero es probable que sí nos hayamos dado cuenta que algunos cerezos aparecen con las hojas enrolladas. Si nos fijamos veremos como en los pliegues de esas hojas enrolladas, en el envés, aparecen estos pulgones. Seguramente, si observamos el tronco, veremos como una procesión de hormigas sube al árbol.
Esta relación de simbiosis se explica de la siguiente manera: las hormigas se alimentan de las sustancias azucaradas que segregan los pulgones (llamado mielato). El mielato cae sobre la vegetación y atrae a numerosos insectos, destacando las hormigas. Estas defienden ante los insectos auxiliares a los pulgones.
Las hormigas cuidan los pulgones expulsando a predadores como mariquitas, larvas de sírfidos o crisopas, que ayudan a rebajar los niveles de plaga. Las hormigas cuidan su alimentación cambiándoles de planta, y también expanden los pulgones desprovistos de alas por los huertos, jardines o por los cultivos.
Así, se podría establecer esta similitud: las hormigas actúan como pastores, los pulgones serían las ovejas, mientras que los insectos que disminuyen estas plagas (los auxiliares) se podrían considerar como el lobo. En este caso el lobo sería malo para el pastor (las hormigas), pero bueno para nosotros, los cultivadores.
Además, las hormigas no se contentan con recolectar el mielato, sino que además excitan a los pulgones, presionándoles el abdomen con sus patas o con sus antenas, para que expulsen este líquido.
Larva de mariquita depredando un pulgón;
Fuente: http://influentialpoints.com/Critiques/Does-organic-farming-benefit-biodiversity.htm
Daños en el cerezo
Los daños en el cerezo se deben a que las cerezas se quedan cubiertas de esta sustancia azucarada que deprecia su valor y hace dificultosa su cosecha. Además, al ocupar de forma importante las hojas y alimentarse de la savia (son insectos chupadores), el árbol ve disminuido su capacidad fotosintética y reduce su vigor. Otro daño es la transmisión de virus al árbol por parte de los pulgones.
Control sin recurrir a tratamientos químicos agresivos
Para controlar los pulgones lo primero que podríamos pensar es en un tratamiento insecticida, pero la utilización de estas sustancias, lleva a que estemos tratando la consecuencia pero no la causa y el problema continuará sin resolver. Incidiremos sobre los pulgones, pero también sobre los enemigos auxiliares (mariquitas, crisopas y otros), por lo que en un primer momento es posible que aparentemente acabemos con la plaga de pulgones, pero posteriormente tendremos un rebrote mayor, al haber reducido drásticamente los auxiliares.
Crisopa sobre peral; es uno de los mayores depredadores del huerto, una de las razones por las que evitar los tratamientos químicos
Lo primero que hay que considerar para controlar de forma efectiva y a largo plazo las poblaciones de pulgones, es tener una biodiversidad elevada (diversificación de cultivos, fajas de vegetación espontánea, setos, soluciones alternativa a los tratamientos químicos,…).
En cuanto a soluciones para controlar una de las raíces de los problemas, la presencia de hormigas en el cerezo, existen alternativas que pasan todas ellas por evitar que suban al árbol.
Una de estas es la aplicación de una banda de malatión polvo alrededor del tronco de los cerezos. Esta medida se adoptó en un experimento llevado a cabo en el Valle del Jerte por técnicos de la Junta de Extremadura. En él se comprobó que el nivel de ataque en los cerezos tratados y en los testigos era similar en un principio; sin embargo, a partir de las 2 semanas de la aplicación el ataque en los cerezos tratados disminuyó mucho y consiguió erradicar la plaga al mes del tratamiento.
Mientras que en los brotes ocupados por hormigas el nivel de pulgón era muy alto, cuando no había hormigas el ataque era muy inferior.
Alternativamente a la aplicación de malatión también puede aplicarse cola entomológica.
Estas formas de control permiten la presencia de auxiliares, y no de hormigas, por lo que se trata de métodos muy respetuosos y que no generarán desequilibrios que afecten a nuestros árboles.
Por último, hacer una apreciación. Cuando se hagan estos tratamiento habremos de prestar atención a que no existan elementos por los que las hormigas puedan subir de forma indirecta al árbol o que no hayan huecos entre las bandas de cola o producto aplicado.

José Manuel

martes, 13 de marzo de 2012

LAS COSAS DEL HUERTO: MARZO

Marzo está siendo un mes seco, al igual que todo el invierno. El huerto no tiene humedad en el suelo, y las temperaturas son demasiado altas para la época del año en la que nos encontramos. Al menos, han remitido las heladas y, eso los cultivos lo agradecen, desarrollándose mejor, aunque con un aporte de agua.

En este último punto estará la clave en el huerto, en el agua y como se la aportemos. Por eso, este año, aprovechando también la situación venidera de escasez de agua, intentaremos instalar riego por goteo, dejando el riego a manta para otras aplicaciones más puntuales. Pero esto ya lo iremos contando.
Como ya contaba en la anterior entrada (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com/2012/03/es-tiempo-de-sembrar-patatas.html) este mes de marzo es el tiempo de sembrar las patatas, y así lo hemos hecho en el huerto. Además, el Abuelo también está trasplantando las cebollas que tenía en su “criaero” desde principios de otoño. Lo hace junto a las lechugas, de manera que se crea una buena asociación de cultivo.
Asociación lechuga-cebolla
Con respecto a los cultivos ya instalados, lechugas, ajos, habas, zanahorias y espinacas (excepto las coles) les estamos aportando agua a modo de aspersión, con la manguera. También es importante evitar que con esta agua y el tiempo seco se cree una costra superficial, por lo que es bueno “arañar” el terreno o cavar muy superficialmente de manera que la tierra se airee y el agua consiga profundizar.
La desaparición de las heladas ha favorecido a las plantas. Esto se ha notado en que todos los cultivos han empezado a crecer a un mayor ritmo, cuando hasta ahora estaban estancados por las bajas temperaturas del mes anterior.
Las habas han empezado a florecer, y en poco tendremos los primeros “jerretes” que tanto gustan en la casa. Las coles, que ya agotan su temporada, ya se han espigado, y sirven de alimento a las gallinas.
En cuanto a las espinacas, hemos empezado a cosechar algunas. Lo que hacemos es cortar las hojas más desarrolladas, sin arrancar la planta, y de esta manera con los sucesivos rebrotes tendremos hojas de espinacas hasta que espiguen. Junto a las espinacas están las zanahorias, que estimo que en un mes empezaremos a cosecharlas gradualmente.

Por tanto, con la mejora de las temperaturas, el huerto va despertando, y agradeciendo nuestro trabajo, aunque las lluvias sigan sin llegar.

José Manuel

domingo, 11 de marzo de 2012

ES TIEMPO DE SEMBRAR PATATAS

Entrado marzo, y con la probabilidad de heladas muy escasa, llega la época de sembrar las patatas en esta tierra. Se trata de un cultivo que bien merece la pena, pues con poco tenemos una buena cosecha y muy agradecida en la casa, pues las patatas dan para mucho.
La patata (Solanum tuberosum) es una solanácea, como el tomate, la berenjena o el pimiento, y también como otras plantas silvestres: el tomatillo del diablo (Solanum tuberosum), el tan manido estramonio (Datura stramonium), la mágica mandrágora (Mandragora autumnalis) o la curativa y venenosa belladona (Atropa bella-donna).
En realidad, la patata no es un fruto ni una semilla, simplemente es un tallo subterráneo que actúa como órgano de acumulación de reservas, y que a través de sus yemas (llamadas comúnmente ojos) emiten brotes. Es un cultivo muy exigente, por lo que necesitará grandes aportes de materia orgánica (estiércol), preferentemente fresca.
El cultivo de la patata necesita, como todos, una preparación adecuada de la tierra. En este punto habrá que cuidar de no sembrar patatas en el mismo terreno en al menos los próximos tres años, y tampoco hacerlo tras plantas de la misma familia (tomates, berenjenas, pimientos) y de cultivos de raíz (cebolla, ajo, zanahoria,…).
En el caso de nuestro huerto, la tierra ya veníamos preparándola desde septiembre. En esta fecha hicimos un arado para airear la tierra. Tras esto repartimos por la superficie de la tierra, y sin enterrar, estiércol de gallina, aún no hecho del todo. Particularmente, no recomiendo enterrar el estiércol, y menos aún cuando es fresco.
Hasta que llegue la época de la siembra, en marzo, habrá que preocuparse de dos cosas. En primer lugar, evitar que las hierbas se desarrollen en demasía sobre la tierra de cultivo, para evitar tener un trabajo añadido (realizaremos escardas o arados no profundos). En segundo lugar, y unas semanas antes, añadiremos un poco de estiércol (de nuevo más bien fresco) esparcido sobre la superficie y sin enterrar. En nuestro caso añadimos estiércol de cochino.
Días antes de la siembra, seleccionaremos los tubérculos, bien comprándolos o si se ha tenido la previsión el año anterior de conservarlas, de nuestra misma cosecha. Unas dos o tres semanas antes favoreceremos que las patatas emitan los brotes; esto se hace poniendo las patatas en un lugar a media oscuridad, temperatura suave y humedad media, teniendo la precaución de que los brotes sean poco desarrollados.
Cuando las vayamos a sembrar, las patatas se partirán por economía en trozos que contengan al menos uno o dos yemas u ojos, teniendo en cuenta de dejarle suficiente trozo para que la patata tenga energía para emitir el brote hasta que desarrolle su sistema radicular.
Días antes de la siembra, e incluso el mismo día, pasaremos el arado para mezclar, ahora sí, el estiércol con la tierra y poder también trabajarla. La siembra es recomendable hacerla con buen tempero, es decir, que la tierra no esté ni demasiado húmeda ni demasiado seca.
Recomiendo realizar la siembra en caballones altos, más de lo normal, pues la patata es muy sensible a humedades altas y cuanto más alto esté el tubérculo más complicado será que esta humedad se acumule de manera excesiva en torno a él.
Marcando con la "guita" las líneas de siembra

Los caballones los haremos de unos 20-30 cm de alto y de una anchura de 60-70 cm en su base, de manera que el espacio entre una fila y otra de patatas sea de unos 70 cm.

Los caballones lo hicimos con la azada
Tras realizar los caballones haremos un pequeño hoyo de unos 20 cm de profundo para sembrar las patatas. En este hoyo depositaremos las patatas rehaciendo el caballón y dándole la altura definitiva. En el mismo caballón separaremos las patatas entre sí unos 40 cm y luego las taparemos con la capa de tierra.


La última operación, que hacemos, para evitar tener que realizar escardas y conservar la humedad es la de empajar. El empajado lo podemos realizar con paja o con restos secos de la parte aérea de los cultivos (siempre que no contengan restos de hongos o fueran plantas que hubieran estados enfermas). En nuestro caso hemos empleado restos de cosecha de las calabazas, que nos dejaron gran cantidad de biomasa (así también evitamos quemar).
Tras esto habrá que cuidar de que no la tierra no se seque, de manera que al cultivo no le falte agua, pero tampoco conviene darle riegos excesivos que acumulen humedad o que encharque durante tiempo largo el terreno, lo que favorecerá la aparición de enfermedades.
Allá por junio-julio recogeremos nuestras patatas de la tierra… pero eso ya lo iremos contando.

José Manuel