LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

martes, 12 de noviembre de 2013

ES TIEMPO DE SEMBRAR HABAS

A mediados de noviembre es el tiempo idóneo para sembrar las habas (en esta zona). Antes de esta fecha, y con las primeras lluvias tras el verano germinan y nacen con facilidad pero existe el inconveniente que pueden desarrollarse y florecer en tiempo de heladas, con lo cual se perderá gran parte de la fructificación y la planta gastará mucha energía en balde.

La siembra nos sirve para dar un pequeño repaso al haba y sus principales características y requerimientos. Al final de la entrada entraremos específicamente en la siembra.

Las habas (Vicia faba) es planta perteneciente a la familia de las leguminosas, y se considera entre las plantas mejorantes del suelo por la asociación simbiótica que realiza con bacterias del género Rhizobium (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com.es/2011/06/el-efecto-beneficioso-de-las.html), que tiene como resultado la fijación de nitrógeno atmosférico en el suelo (si se arranca una planta de haba con cierto desarrollo, se verá en el sistema radicular unas “bolitas” blancas, que son nódulos de nitrógeno). Además, es una de las plantas hortícolas que menores requerimientos necesita, por lo que puede ir en el último lugar de la rotación, tras cultivos de exigencia elevada y exigencia media.

Su cultivo es de los más sencillos, y se adapta muy bien a las condiciones ambientales de la zona, apenas requiriendo labores y riegos. Desde su siembra hasta su cosecha (mayo-junio) prácticamente no necesitará más que algún escardado y aporcado una vez emergidas y alcanzado un palmo de altura. Una vez que comienzan a crecer a penas dejan crecer malas hierbas, pues crean sombreo. En cuanto a los riegos, en un año normal, con lluvias otoñales y primaverales no necesitará ninguno. Si el otoño-invierno es seco y también la primavera sí que necesitará riego.

Uno de los principales enemigos de las habas, junto al pulgón, del que ya se ha hablado en el blog (http://elingeniero-y-elabuelo.blogspot.com.es/2012/04/la-mariquita-del-senor-las-habas-y-los.html) es el jopo (principalmente la especie Orobanche crenata), otra planta que actúa como patógeno del haba y otras especies, y que vive a expensas de ella. En nuestro caso ha aparecido en alguna ocasión este patógeno en cultivos de años anteriores, no representando peligro por su escasez.

La polinización del haba es parcialmente alógama (lo que significa que puede autofecundarse, pero en la mayoría de los caso ocurre por polen de otras plantas, con lo cual entran en juego polinizadores, fundamentalmente abejas y abejorros).
Además de los abejorros y abejas, hay que destacar la gran cantidad de insectos que atrae el haba, muchos de ellos beneficiosos como la “mariquita del señor”.
Larva de mariquita procedente del cultivo de haba del año 2012 devorando a un pulgón

En cuanto a la siembra, como ya hemos señalado, es sencilla. En nuestro caso, en primer lugar obtenemos las semillas y planificamos el lugar donde se ubicará el cultivo. Se planifica que antes, en la temporada anterior, el espacio no lo haya ocupado ninguna leguminosa, y si se puede evitar el cultivo anterior de la patata mejor (por la Rhizoctonia).

En cuanto a la semilla empleamos semilla tradicional, que proceden de un antiguo hortelano de la zona que nos las proporcionó. Desde entonces, todos los años guardamos de la cosecha propia lo que estimamos que necesitaremos para la siguiente siembra.
Semilla de haba

Una vez elegido el lugar, realizamos un arado poco profundo con el cultivador mecánico (la mula mecánica), ya que se trata de una tierra que tiene un buen horizonte superficial.
Tras esto marcamos la línea de cultivo con una guita (o cuerda) y dos estacas. Separamos entre líneas de cultivo 0,75-1 m. Este marcado lo realizamos con el mismo sacho, realizando un pequeño surco de 2 o 3 dedos de profundidad; y tampoco importa que sean líneas perfectas, a menos que se quiera hacer una obra estética, pues las plantas no van a notar esa diferencia.
Haba en surco y "palo" de medida
Hechas estas líneas de cultivo se depositan las semillas de haba. Para ello separamos las semillas en una misma línea 15-30 cm. En cada lugar depositamos de 2 a 4 semillas (nosotros depositamos 3). Para que tenga cierta homogeneidad en esta separación se coge algo de referencia, en este caso, no puede ser más rústico, pues es un palito.
Tras esto solo queda cubrir, por ejemplo con un rastrillo, y esperar a que germinen y emerjan de la tierra.



José Manuel