LA BIODIVERSIDAD, FUENTE DE VIDA

"La teoría orgánica puede resumirse como la observancia de las seis leyes siguientes: primera, el horticultor debe trabajar con la naturaleza y no en contra de ella; segunda, la naturaleza es diversa y por tanto el horticultor debe practicar la diversidad; tercera, debe criar otras formas de vida - animal o vegetal- en medios los más parecidos posibles al que les sea natural; cuarta, debe devolver al suelo tanto, o casi tanto, como le ha quitado; quinta, debe alimentar al suelo y no a las plantas; y sexta, debe estudiar la naturaleza como un todo y no como una parte aislada".


John Seymour

jueves, 24 de noviembre de 2011

LA RECOLECCIÓN DE SETAS

En noviembre con las primeras lluvias del otoño, los días de niebla y temperaturas relativamente suaves o algo frías, emergen en nuestros campos y dehesas unos individuos muy peculiares.
Son las setas, técnicamente denominados carpóforos, que no son más que el cuerpo fructífero del hongo de ese individuo que se encuentra en su mayor parte bajo tierra (en forma de micelio), y donde está durante todo el año. Gracias a las setas, los hongos se pueden reproducir sexualmente (lo que proporciona variabilidad genética), aunque también lo hacen de forma asexual.
Las setas tienen partes diferenciadas, las cuales se pueden observar en el siguiente dibujo:
Se caracterizan por tener a menudo un periodo de fructificación muy corto. Por otra parte, las setas comestibles son, en su mayoría, frágiles y perecederas. Hay que tener en cuenta que los hongos están ligados casi exclusivamente a entornos naturales y que a veces estos entornos por su fragilidad pueden presentar importantes necesidades de conservación.
Son numerosos los factores que condicionan la presencia y fructificación de las especies fúngicas. Estos factores no actuan independientemente, sino que interactúan factores abióticos (clima, temperatura, suelo, fisiografía,…) y bióticos (comunidad, ecosistema,…). Todo ello modificado por la mano del hombre.
En el campo podemos encontrar un buen número de setas, pertenecientes a diferentes especies. Sin embargo, las que son comestibles, y más de sabor agradable, no son tantas. Por ello, una pauta a seguir SIEMPRE será el de SOLO RECOLECTAR AQUELLOS EJEMPLARES DE LOS QUE ESTEMOS SEGUROS QUE SON COMESTIBLES.
Algunas de las especies comestibles más comunes en los alrededores de Barcarrota son Coprinus comatus (barbuda o matacandil), Agaricus campestris (champiñón silvestre) y Macrolepiota procera (parasol).
El champiñón silvestre (Agaricus campestris) hay que conocerlo bien, para no confundir con otro champiñón tóxico, el Agaricus xanthodermus, que amarillea, tanto su sombrero como su pie y tiene un olor desagradable. En cualquier caso las láminas tendrán que ser rosáceas y no amarillear ni el sombrero ni el pie. Es común en zonas estercoladas (gusta de aparecer en zonas cercanas a estiércoles de vacas), con preferencias a espacios abiertos.
Champiñón silvestre (Agaricus campestris)
Coprinus comatus, llamada comúnmente barbuda o matacandil es buen comestible, aunque no habrá que dejar que se pase nada (en cuanto empieza a ennegrecer por la parte baja del sombrero no será comestible) y no se puede mezclar con alcohol. Es la más nitrófila de las tres nombradas, pudiendo aparecer en cualquier hábitat, siempre que haya cierta concentración de nitrógeno.
Coprinus comatus
El parasol es muy común bajo encinas y alcornoques. Se caracteriza por su gran sombrero y su pie elevado con un anillo en la parte superior del mismo. Presenta pocas confusiones, pero cuidado de no confundir con la tóxica Lepiota cristata, de menor tamaño.
Parasol (Macrolepiota procera)
Además habrá que seguir otra serie de pautas. Lo primero disfrutar de la recolección respetando el hábitat en que crecen, pues de ello depende su conservación.
Las recomendaciones básicas son:
-          Respetar las especies que no vayamos a recolectar, tanto si las conocemos o no, o si son tóxicas o no, pues ejercen su función dentro de los ecosistemas.
-          Recolectar únicamente los ejemplares comestibles de los que estemos seguros de su identificación.
-          La recogida debe ser cuidadosa para no deteriorar los setales.
-          Recolectar de forma ordenada solo lo que vayamos a consumir.
-          No se deben recoger setas que crezcan cerca de basureros, carreteras o caminos muy transitados, pues los metales pesados existentes en su entorno pueden ser absorbidos por el micelio (que se puede asimilar a algo así como la raíz de las plantas) que a su vez forma la seta.
-          Rechazar los ejemplares deteriorados o demasiado envejecidos, dejándolos sin recolectar.
-          No usar herramientas inapropiadas, como rastrillos, ni escarban en la tierra, ya que se puede destruir el micelio del hongo e impedir que vuelvan a salir setas.
-          Dependiendo de la especie, no se deben recoger todas las setas de cada lugar, ya que dejar algunos ejemplares para que dispersen sus esporas permite garantizar su futuro en otros emplazamientos.
-          Si no se está seguro de la identificación de alguna especie, para evitar intoxicaciones e identificarla sin equívocos conviene extraer el ejemplar en toda su extensión, hasta la base del pie.
-          Usar cestas o canastas transpirables de mimbre o similares.
-          Evitar el uso de bolsas de plástico, ya que los distintos ejemplares se mezclan, deterioran, fermentan, fomentan el cultivo de larvas y bacterias y pierden atributos como la textura y el aroma.
-          Reconocer las principales especies venenosas.
-          No recolectar los ejemplares muy inmaduros o en estado de huevo porque se dificulta su identificación y puede provocar su confusión con otras especies tóxicas.


José Manuel

sábado, 19 de noviembre de 2011

PÁJAROS EN EL HUERTO


Al buscar información sobre pájaros de huerto en el buscador de internet lo primero que nos encontramos es como proteger los cultivos frente a los pájaros,… Sin embargo, en el huerto y en el vergel, dar cabida a algunas parejas de pájaros insectívoros es una de las mejores defensas que se pueden hacer de nuestro trozo de tierra para ayudarnos a controlar los insectos.
Herrerillos, carboneros, petirrojos, currucas, mirlo, petirrojo, pinzón, jilguero, verdecillo, gorrión, carbonero garrapinos, camachuelo común, gorrión y colirrojo tizón son algunos de los pájaros, algunos insectívoros, otros granívoros, que podemos encontrar en el huerto.
-    Mirlo común (Turdus merula).
También llamado tordo. Es de los pájaros de mayor talla que se ven comúnmente en el huerto. El macho es negro con el pico y el anillo ocular amarillos, la hembra, algo más apagada y ambos sexos con la cola larga.
Es sedentario, y gusta de zonas con árboles y matorrales con claros donde encuentra lombrices, larvas subterráneas y caracoles, aunque se puede decir que como antropófila puede comer de casi todo. En el huerto siente especial predilección por la fruta blanda, como el albaricoque, los higos o los caquis. Es confiado y acostumbrado a la presencia humana, es muy abundante y de fácil observación.
Se observa saltando en el suelo buscando alimento, con movimientos súbitos. Adorna los amaneceres de la primavera con su cante. Cría de marzo a julio, realizando dos o tres puestas; su nido es sólido a base de hierbas y pajilla, raíces y tierra en setos, árboles jóvenes y terrazas.



-          Petirrojo (Erithacus rubecula)
Es un pájaro inconfundible, por su pecho y cara anaranjados, y ojos grandes. Es de aspecto rechoncho, y con cabeza grande. Aunque prefiere zonas de arbolado con matorral, se puede observar en zonas de huerto, aunque es menos común que otros. Le gusta moverse en zonas bajas, de forma natural en el sotobosque de zonas arboladas. Es sedentario pero es más visible en invierno.
Salta con frecuencia en el suelo buscando alimento, hace reverencias y mueve la cola. Su reclamo se escucha a menudo al atardecer. Se alimenta de insectos del suelo y sus larvas, gusanos, pequeños frutos,...

-          Herrerillo común (Parus caeruleus)
Se trata de un pájaro pequeño de vivos colores, destacando el pecho y el vientre amarillos, con el dorso y las alas de color azul y verde. La cara es blanca y lleva una boina azul. Es de los pocos pájaros que encontramos con estas tonalidades en estos entornos; es típica su postura colgada de espaldas hacia abajo en ramitas delgadas. Es nervioso pero confiado. Sedentario y tolera bien la presencia humana.
Anidan en huecos de árboles (gusta de los típicos nidos que se instalan en árboles).
Se alimenta de semillas blandas, insectos y sus larvas, arácnidos. Durante el verano parece desaparecer del huerto y a partir de septiembre es común observale buscando entre la corteza de los árboles y entre los cultivos algunos insectos.

-          Gorrión común (Passer domesticus)
También llamado por nuestra tierra como pardal, es el pájaro pequeño más frecuente en pueblos, ciudades y caseríos, siempre cerca de los edificios. Tiene diformismo sexual: el macho tiene el íleo y el obispillo de color gris y un babero negro; la hembra es de color pardo grisáceo. Es muy gregario, viviendo en grupos muy numerosos.
Se alimenta de semillas, insectos, yemas, bayas, desperdicios. Destaca por su prolificidad y nidos un tanto desordenados y con materiales poco seleccionados.

-          Jilguero (Carduelis carduelis)
Otro de los pájaros más frecuentes en el huerto. Es muy vistoso, con la cara roja y las alas negras con franjas amarillas. Se caracteriza por ir siempre en grupos, yendo y viniendo en busca de pequeñas semillas, como es el caso de las ortigas en el huerto. Sedentario con desplazamientos y con una llegada importante de invernantes europeos. Es uno de los pájaros que con más facilidad nidifica en nuestro huerto, en cualquiera de los frutales.

-          Currucas (Sylvia spp.)
Comprende a varias especies, las cuales podemos encontrar en nuestro entorno. Se trata de pequeños pájaros de carácter más discreto que los anteriores, por lo que no es fácil de observar. Presenta colores normalmente pardos u oscuros. Gusta de arbustos espinosos como zarzales, majuelos y otros. Muy común pero difícil de observar.

-          Carbonero común (Parus major).
Muy cercano al herrerillo, es algo mayor que él, sin azul en el dorso ni en la cabeza y con una corbata negra característica. De cara blanca y cabeza negra. Es poco asustadizo. Busca alimento a menudo en los troncos de los árboles y en el suelo. La dieta se compone de semillas de oleaginosas e insectos. Acepta de buena gana las cajas nido y de forma natural anida en huecos de árboles.


-          Carbonero garrapinos (Parus ater)
Primo hermano del anterior es más pequeño que el carbonero común y de tonos mucho más oscuros y menos vistoso. La cabeza es negra y las mejillas y nuca blancas (esto último es característico). Es un pájaro sedentario que realiza pequeños desplazamientos. Es relativamente común en zonas de setos, donde se observa saltando de unos a otros. Hace hábiles piruetas, dando la sensación de agitado y desconcertado. Se alimenta de insectos y sus larvas, arácnidos, semillas. Por lo demás es muy similar en comportamiento al carbonero común.


-          Colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros)
Es característica su postura posado y erguido con un incesante movimiento de su cola rojiza. Canta ya antes de que salga el sol desde posaderos prominentes, antenas y cornisas de los tejados. El macho suele ser de color negro grisáceo, la hembra de un color más pardo. El obispillo y la cola son de color rojizo. Se alimenta de insectos, arácnidos y bayas. En el ámbito del huerto aparece asociado a construcciones de pueblos y ciudades con cierta altura. Es en otoño cuando se puede observar con mayor facilidad en el huerto. Se distingue sus movimientos corriendo por el suelo a volando a ras de él.


Os dejo el enlace a un blog sobre pájaros silvestres


José Manuel

lunes, 7 de noviembre de 2011

EL HUERTO EN NOVIEMBRE

Comenzó el otoño en el huerto, pues como ya dije en octubre, tuvimos un verano prolongado. Las lluvias y el frío han cambiado la estampa. El huerto está húmedo y las plantas (especialmente rabanitos, zanahorias y espinacas) crecen a ritmo más lento por las temperaturas más bajas. Las plantas del verano se despiden hasta el año que viene y ya van apareciendo las propias de la fecha (guisantes, habas, lechugas,…).
El Abuelo quitó las tomateras, que aún tenían tomatitos, algunos incluso de cierto tamaño, pero dada la fecha tardan mucho en madurar o ni siquiera llegan a hacerlo (por lo menos sobre el terreno). Para que vayan madurando y no se pudran ha colgado las tomateras (con los tomates) de  árboles y de cuerdas atadas entre árboles, cosas del Abuelo.
Los calabacines también los arrancamos ya sin apenas calabacines o con algunos muy chicos. Solo quedan pimientos (que han sido muy tardíos) y berenjenas, a los que le quedan muy poco tiempo en la tierra, pues no maduran o se pudren antes de hacerlo.

Coliflor, en el momento de la cosecha y brócoli todavía no en el punto óptimo

Las coles, coliflores y brócolis están ya muy desarrollados, cosechando algunas coles y coliflores, y en poco haremos lo mismo con los brócolis. La oruga de la col la vamos controlando manualmente y causa pocos daños, más a medida que los días son más fríos y con lluvias (lo que no permite el vuelo de las mariposas, y con ello la puesta).



Los primeros rabanitos sembrados ya están casi para cosecharlos, mientras que las zanahorias y espinacas les cuesta crecer. Al lado de estos he sembrado guisantes (que por aquí también llamamos albillas).

Rabanitos, zanahorias y espinacas. A la derecha rabanito a punto de cosecha

El Abuelo ya quiere preparar la tierra para trasplantar sus lechugas del semillero, y también ha “echado” unas cebollas a su particular “criaero”. Al lado de los pimientos ha echado algunos cebollinos.
En breve, también plantaremos las habas y algunos guisantes más. Estos son dos cultivos que además de mejorar la tierra (como legumisosas que son) dan productos muy solicitados en la casa y fáciles de conservar.

José Manuel